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Enviado por Cristina Tamasauskas el
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Mujeres en los gobiernos locales

Realmente construir estos espacios en el gobierno local requiere, además de voluntad, un gran amor por lo colectivo y la vida comunitaria, de un proyecto de vida integral. El que más mujeres se sumen y sean visibilizadas en estos espacios es imprescindible para la construcción de un mundo mejor, más equilibrado y armonioso. Es necesario para la erradicación de la pobreza y para la ejecución del presupuesto de género, un proceso de administración de los recursos para la solución de los problemas con visión integradora y que se realizan con mayor probidad. Muchas mujeres hemos integrado espacios de lucha en la consolidación de nuestros derechos, pero al querer ocupar los espacios de poder y de toma de desiciones somos invisibilizadas o marginadas. Debemos, por lo tanto, no retroceder y avanzar en la solidaridad de género. La discusión y debate de ideas deben darse en estos espacios fundamentándonos en la participación protagónica paritaria y el reconocimiento de la equidad de género, para asi integrarnos, alzar nuestras voces y demostrar con hechos el gran aporte que damos las mujeres a la fuerza de trabajo y desarrollo societal, realizada en condiciones forzadas de inequidad en muhos casos por no decir esclavitud.Cordialmente,Cristina Tamasauskas,Lic.Fundación Comunidad 2000comunidad_2000@hotmail.com/ cristinatamasauskas@gmail.com/ ceinmujer.unerg@gmail.comRepública Bolivariana de Venezuela

Queridas colegas y amigas:El sistema político mexicano reconoce constitucionalmente tres niveles de gobierno: federal, estatal y municipal/local. Existen por tanto, dos tipos de legislaciones electorales a) federal (COFIPE regula elecciones presidenciales, senado y diputados) y b) 32 leyes estatales para elegir gobernadores y diputaciones estatales/congresos (incluido el Distrito Federal con asamblea legislativa) así como la elección de presidencias municipales/alcaldías, sindicaturas y regidurías. Lo anterior es muy importante porque los procesos electorales de gobiernos municipales o locales (en sentido estricto) están contenidos en las leyes electorales de los gobiernos estatales.Actualmente el estado que guarda la legislación electoral de gobiernos estatales es muy heterogénea; algunas cifras:a) De un total de 1,122 diputaciones, 20.3% son diputadas y 79.7% diutados.b)Existen cuatro modalidades para distinguir el avance en materia de equidad política (adopción cuota/paridad):- 7 estados (21.8%) no incluyen cuota ni recomendación. Igual cantidad y porcentaje incluyen recomendación a los partidos pero sin sanciones por incumplimiento en proceso de selección de candidaturas; 16 estados (50%) han adoptado la cuota de género sin embargo se presentan variaciones entre unas leyes y otras -algunas aplican a candidaturas por principios de MR y RP, otras solo a listas de RP-, y no todas incluyen a candidaturas para elecciones de gobiernos municipales/locales). En pocas palabras, son legislaciones 'ad hoc' que no siguen una dirección unívoca ni criterios de adopción. Por último tenemos dos estados que ya incluyen la paridad en sus leyes electorales, pero también presentan diferencias importantes. Es destacable que están por encima de lo que actualmente aplica para elecciones federales como es la cuota 60/40 en candidaturas a las cámaras de diputados y senadores.De lo anterior se puede deducir, que el análisis de la legislación electoral en gobiernos locales (municipales) no puede realizarse sin dar cuenta, primero, del avance que presentan las acciones afirmativas a favor de la equidad política en razón del género en las leyes electorales de los gobiernos estatales, y posteriormente desagregar la forma en que se regulan las candidaturas en elecciones locales. La nueva geografía electoral exige un análisis del contexto histórico, de sistema de partidos, electoral y de cuota en gobiernos estatales, ya que en buena medida explican el grado de avance o limitaciones que enfrentan las munícipes. La complejidad es obvia.Datos -que no registran los resultados de elecciones locales de este año-, indican que en México 3.7 son presidentas municipales/alcaldesas; 14.7% síndicas y 12.8% regidoras. Los municipios son un espacio deshabitado por las mujeres sin duda alguna. Espero poder compartirles posteriormente resultados actualizados.Saludos afectuosos, Blanca Olivia Peña Molina [Pola]Consejera Consultiva del Instituto Nacional de las Mujeres.Consejera Ciudadana del Observatorio para la Defensa y Promoción de los Derechos Políticos de las Mujeres (INMUJERES).Consejera Electoral del CL/IFE/BCSMéxico

Jue, 13/08/2009 - 11:51 Enlace permanente

El análisis de los datos permite inferir que en la Argentina, la representación de la mujer en los ejecutivos locales es reducida, en términos de cantidad de municipios y de población involucrada. Asimismo, también podemos señalar que el porcentaje de mujeres ejerciendo el gobierno local es limitado, si lo vinculamos con la condición de importancia o categoría de la organización municipal. A partir de las entrevistas realizadas hasta la fecha, las causas de esta infrarepresentación, podrían estar vinculadas en una gran proporción al déficit de democratización de los partidos políticos más que en restricciones motivadas en el género. Entre las causas que pueden citarse, figuran los sistemas imperantes para el acceso a los cargos electivos en los partidos políticos, derivados de sistemas arbitrarios y antidemocráticos en la elaboración de las listas de postulantes, lo que merecería, en sí mismo, un análisis particularizado. Con respecto a la influencia de la ley de cupo, es reconocida como un avance en la búsqueda de representación de la mujer, pero no asegura la equidad de acceso a otras instancias de decisión política ni es una condición suficiente para que las mujeres en los concejos deliberantes voten leyes que beneficien a las mujeres. La mayor parte de las entrevistadas ha coincido en la postura de reconocer el valor instrumental y simbólico de la Ley de Cupos. Esta ley constituye una herramienta en el largo camino de conseguir iguales derechos para hombres y mujeres. La Intendenta Andrea García lo sintetiza así: “Sin embargo, la ley de cupo permitió visibilizar la presencia femenina en la política”. En el mismo sentido se expresa Luz Sapag, intendenta de San Martín de los Andes; Neuquén. “Hubiera sido imposible acceder a la Banca de Senadora sino hubiese existido la Ley de Cupo”.“Con la ley de Cupo termina la discriminación la mujer puede ocupar un cargo publico y desempeñarse bien, igual que el varón”, Elsa Flores, Calilegua, provincia de Jujuy". “Si no existiera la ley, los hombres se quedarían con la mayoría de los cargos”, Marina Cachais, Arata, La Pampa. Entre la múltiple literatura leída, llegaron a nuestras manos las conclusiones de un trabajo presentado en el Segundo Encuentro Nacional de Mujeres Intendentas, realizado en el año 1997, que conservan vigencia ya que, en líneas generales, coinciden en su tendencia, con los primeros hallazgos de nuestra investigación. Se decía en dicho informe: “Las intendentas han construido su liderazgo a partir de una trayectoria en la comuna bien diferenciada de las actividades partidarias tradicionales, esto es así aun en los casos en que ellas mismas señalan una militancia política convencional”. Por su parte, nuestros resultados preliminares nos muestran que en un gran número de casos, las mujeres a cargo de los ejecutivos municipales poseen experiencia en actividades vinculadas a la atención de sectores desfavorecidos y otras áreas que pueden incluirse dentro del campo de la militancia social y que esto es reconocido por la comunidad.“Creo que hay áreas donde la condición de mujer nos da la posibilidad de ser encarar los problemas con un efecto por así decirlo más humanitario (incluso por mi condición de madre), en temas de salud y acción social, Stella Maris Giroldi, municipio de Campana. En el caso de las intendentas reelegidas, en un importante porcentaje, al interrogarlas sobre los motivos de su reelección, entienden que esto ha sucedido como reconocimiento por su tarea de gestión por la comunidad. Al indagar sobre este aspecto, surge en un apreciable número de casos, la circunstancia de que la comunidad reconoce en ellas un compromiso con las necesidades concretas de las personas y que la confianza en la gestión, están asentada en la presunción por parte de los / las gobernados / as en que la representante (la intendenta) “se hará cargo" y estará presente en la atención de los problemas. “La gente ve con buenos ojos que sea una mujer quien está a cargo del gobierno. Espero que no sea algo tan vano como una moda sino la demostración plena de la igualdad de condiciones”, afirma la intendenta de San Antonio de Areco, María E. Lennon. “Los vecinos valoran mi gestión y la reconocen con la reelección” Aída Ayala, Resistencia Chaco.Pareciera haber una suposición generalizada respecto a que, la condición de mujer habilita a suponer y esperar una mayor presencia, hasta de tiempo material y de presencia física, en los temas de la comunidad. “Estoy dando respuestas a las demandas de la sociedad poniendo todo de mi parte para que la comunidad viva en paz, haya participación, demostrando que las acciones que se llevan a cabo en beneficio de ellos mismos. No tengo otro interés más que trabajar por la comunidad”, Celia Monaldi de Lozza, El Carmen, provincia de Jujuy. En un alto porcentaje, las mujeres se sienten asumiendo una tarea doble; por un lado por la responsabilidad en el ejercicio de la gestión ejecutiva, lo que demanda rendir cuenta de sus acciones ante la comunidad, y por otro como representantes del género, se sienten obligadas a demostrar que son aptas para el rol que están ejerciendo. En este sentido, de alguna manera hace que en muchos casos, la preocupación de las intendentas las conduzca a procurar demostrar que haber “abandonado” los mandatos femeninos tradicionales, ha sido justificado por la “buena gestión” realizada. Esta situación de tensión, producto de la supervivencia de pautas de desempeño definidas desde la situación masculina, pone a la mujer en una situación de competencia y búsqueda de emulación frente al hombre, en lugar de destacar sus aptitudes, condiciones de género y capacidades diferenciales para enfrentar los mismos obstáculos. “Mi comunidad es muy receptiva hacia mi condición de mujer, a pesar de ser observada con curiosidad, en el fondo acompañan mi gestión”, Alicia Locatelli de Rubí, intendenta de Curucú Cuatiá, Corrientes.“La expectativa de la comunidad es alta porque es la primera vez que la intendencia está a cargo de una mujer, lo cual es una experiencia única para los vecinos y para mí”, Stella Maris Giroldi, municipio de Campana. “el tiempo ha demostrado que todo lo que he prometido lo he cumplido, también por eso el ciudadano espera cada vez más de la gobernación, la gente cree que todo es posible, si yo lo propongo desde la intendencia”, Andrea García, Florentino Ameghino. Aquí se hace importante discriminar las atribuciones socialmente atribuidas al rol femenino, en instituciones fuertemente marcadas por lo masculino como el municipio. La forma que ellas adopten, va a incidir sobre el ejercicio del liderazgo de la mujer a cargo de la responsabilidad ejecutiva e incidirá en las percepciones de la comunidad y sus actores, respecto a las congruencias o incongruencias entre lo esperado y lo que efectivamente ocurra. La supervivencia de pautas masculinas de definición de roles y relaciones es de tal magnitud, que en algunas entrevistas las intendentas han expresado que la dificultad para superar los códigos machistas que impregnan las relaciones en los ámbitos de gestión, y que aparecen aún en los casos que involucran a funcionarios de jerarquía inferior, les exigen un esfuerzo suplementario para definir los criterios y espacios de interacción derivados de la función desempeñada. “a veces le exigen más por ser mujer o por el contrario la consideran en situación de debilidad para la solución de problemas a tratar con otras instancias de poder”, Blanca Azucena Rossi, Basabilvaso, Entre Ríos. “el hecho de ser mujer hace que debamos esforzarnos más, tenemos que demostrar todos los días que podemos y sabemos gestionar, no se perdonan errores”, Marina Cachais, Arata, La Pampa permanencia:En este orden de ideas, los resultados del estudio de Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Local en América Latina (INSTRAW) al hacer referencia a que tan solo un 5.3% de las alcaldías en América Latina están encabezadas por mujeres y al analizar el porqué de tan bajo porcentaje, la investigadora del estudio descubrió que a las mujeres que trabajan en política “se les exige más que a los hombres, que reciben críticas que nunca se le harían a un hombre y que además, a menudo son acosadas políticamente”, si bien en la Argentina el porcentaje es mayor que en el resto de América, las exigencias de una “política municipal construida por y para los hombres se revela como un ámbito más selectivo con las mujeres” .Es interesante ver en mujeres más jóvenes los sentimientos encontrados ante la posibilidad de construir una familia y tener descendencia y la valoración que de esta circunstancia tenga la comunidad. En esta situación, lo llamativo es que el análisis más crítico suele originarse en el sector femenino de la comunidad de sus ciudades. Paralelamente a lo que venimos manifestando, se ha producido en ciertos ámbitos un cierto cambio en las actitudes y expectativas de la comunidad hacia las mujeres en el ejercicio de funciones ejecutivas y muchas de las entrevistadas tienen la sensación que la recepción de la mujer en el ejercicio del poder ha sido pacífica. Se ha podido percibir un significativo cambio de actitud de los hombres, incluso aquellos con los que existe una relación de competencia directa, ya que la mujer ha sido valorada por sus capacidades y respetada en sus logros. “Hay más respeto hacia la mujer, la gente no tiene miedo de consultar”, Juana Sandoval, Municipio e San Antonio, Jujuy. “La gente reconoce una mirada femenina en la forma de decir las cosas, la contención, se evidencia la capitalización del rol femenino”, María Lennon, San Antonio de Areco.“Ven nuestra gestión como una forma distinta de gobernar no solo desde lo racional sino también desde lo afectivo, con alto grado de consideración humana, gobernando desde el acuerdo y el consenso”, Andrea García, municipio de Florentino Ameghino.Otro elemento significativo que hemos podido extraer de nuestras observaciones es que la gestión de las intendentas es acompañada en muchos casos, por una apreciable dosis de confianza y credibilidad para el cumplimiento de lo prometido. “La comunidad ve que tengo una mirada más global, gobernando no sólo desde lo racional sino también desde lo afectivo, con alto grado de consideración humana, gobernando desde el acuerdo y el consenso”, agrega la citada Andrea García.En algunos de estos casos, esta confianza ha sido el resultado de trabajos previos en y para su comunidad y de campañas políticas en las que estuviera involucrada una fuerte e intensa presencia personal y en las que han tenido que vencer aparatos partidarios que promovían otros candidatos.Otro de los datos relevantes para ir mencionando es que las mujeres políticas, sienten que la participación de la mujer en las instancias de discusión efectiva del poder y participar en las negociaciones por la lucha de espacios que conlleva la actividad política, las obligan a compartir aspectos “oscuros” de la política en la que no siempre quieren o pueden participar.En las entrevistas realizadas a intendentes varones, las respuestas sobre la incidencia de la ley de cupo son similares. Debemos hacer la salvedad que nos estamos refiriendo a las respuestas de tres intendentes dos de los cuales a su vez, corresponden a dos municipios: Morón y Rosario, cuyas gestiones se han caracterizado por impulsar el empoderamiento de la mujer en los espacios de decisión local. En concordancia con el Trabajo del Segundo Encuentro de Mujeres citado anteriormente, interpretan también nuestros hallazgos lo allí expresado en relación al sentido atribuido al ejercicio del poder “Las intendentas rescatan la idea del poder como verbo (poder hacer), distinto del poder como sustantivo (tener poder). A ésta última forma la relacionan con la política tradicional ejercida por los hombres ya sea como rasgo propio de esa cultura o como defecto de nuestros tiempos”. En este mismo orden de ideas, en nuestra investigación, podemos señalar que las intendentas entrevistadas manifiestan explícitamente su voluntad de ejercer la función para la que han sido elegidas en un sentido amplio y profundo. Otras preocupaciones que hemos podido detectar, es la preocupación por desarrollar un compromiso mayor con la cotidianeidad y la practicidad, entendido esto como la superación de inconvenientes o dificultades que provengan de trabas burocráticas o procedimentales que impidan el arribo a soluciones de los que son definidos y reconocidos como problemas.¿Constituyen todas estas pautas un estilo de gestión propio? Esta pregunta, una de las centrales y más sugerentes que dieran origen a nuestro trabajo, aún no tiene, como en muchas otras cuestiones vinculadas con la interacción social, una respuesta cerrada y concluyente. Esto sin embargo, no nos inhabilita para advertir que algunos rasgos singulares aparecen en la gestión de estas mujeres a cargo de los ejecutivos municipales: un grado de compromiso apreciable con la tarea, una comprensión (a veces incipiente y aún contradictoria ) sobre su responsabilidad de género, el surgimiento de una conciencia sobre la necesidad de vincularse y debatir con mujeres, una conciencia creciente sobre el derecho que les asiste respecto al reconocimiento de la igualdad de derechos, sobre sus aptitudes para abordar temas que no están tradicionalmente asociados con la condición de mujer, sobre la necesidad de comprometerse en fomentar la participación de las mujeres en general y sobre la relevancia de visibilizar la mirada femenina. Los datos obtenidos, más allá de su condición preliminar y provisoria, nos confirman la idea de la relevancia del tema abordado. Muchas de las dificultades para acceder a las entrevistas, producto de las contingencias de un año político -con meses de gran conflictividad- y del desconocimiento sobre la importancia de la investigación social para un mejor desempeño del sistema político y para la misma gestión de gobierno, hicieron a nuestro trabajo arduo y complejo, pero también incitante. La particular característica territorial de Argentina: tamaño y dispersión territorial, nos obligaron a redoblar esfuerzos para aprehender las diferencias y matices entre realidades distantes geográfica y culturalmente, al tiempo que nos fueron ampliando la lente de observación. La compensación a estos inconvenientes, radicó en los resultados de las mismas entrevistas que, superaron en la mayoría de los casos, a las expectativas con las que inicialmente contábamos. Extracto de las conclusiones del trabajo premiado por URBAL/2008 Liderazgos Políticos y Estilos de Gestión de Mujeres en Ejecutivos MunicipalesSusana Campari, Susana Battista, Silvana Mondino

Lun, 17/08/2009 - 06:10 Enlace permanente
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Realmente construir estos espacios en el gobierno local requiere, además de voluntad, un gran amor por lo colectivo y la vida comunitaria, de un proyecto de vida integral. El que más mujeres se sumen y sean visibilizadas en estos espacios es imprescindible para la construcción de un mundo mejor, más equilibrado y armonioso. Es necesario para la erradicación de la pobreza y para la ejecución del presupuesto de género, un proceso de administración de los recursos para la solución de los problemas con visión integradora y que se realizan con mayor probidad. Muchas mujeres hemos integrado espacios de lucha en la consolidación de nuestros derechos, pero al querer ocupar los espacios de poder y de toma de desiciones somos invisibilizadas o marginadas. Debemos, por lo tanto, no retroceder y avanzar en la solidaridad de género. La discusión y debate de ideas deben darse en estos espacios fundamentándonos en la participación protagónica paritaria y el reconocimiento de la equidad de género, para asi integrarnos, alzar nuestras voces y demostrar con hechos el gran aporte que damos las mujeres a la fuerza de trabajo y desarrollo societal, realizada en condiciones forzadas de inequidad en muhos casos por no decir esclavitud.Cordialmente,Cristina Tamasauskas,Lic.Fundación Comunidad 2000comunidad_2000@hotmail.com/ cristinatamasauskas@gmail.com/ ceinmujer.unerg@gmail.comRepública Bolivariana de Venezuela

Queridas colegas y amigas:El sistema político mexicano reconoce constitucionalmente tres niveles de gobierno: federal, estatal y municipal/local. Existen por tanto, dos tipos de legislaciones electorales a) federal (COFIPE regula elecciones presidenciales, senado y diputados) y b) 32 leyes estatales para elegir gobernadores y diputaciones estatales/congresos (incluido el Distrito Federal con asamblea legislativa) así como la elección de presidencias municipales/alcaldías, sindicaturas y regidurías. Lo anterior es muy importante porque los procesos electorales de gobiernos municipales o locales (en sentido estricto) están contenidos en las leyes electorales de los gobiernos estatales.Actualmente el estado que guarda la legislación electoral de gobiernos estatales es muy heterogénea; algunas cifras:a) De un total de 1,122 diputaciones, 20.3% son diputadas y 79.7% diutados.b)Existen cuatro modalidades para distinguir el avance en materia de equidad política (adopción cuota/paridad):- 7 estados (21.8%) no incluyen cuota ni recomendación. Igual cantidad y porcentaje incluyen recomendación a los partidos pero sin sanciones por incumplimiento en proceso de selección de candidaturas; 16 estados (50%) han adoptado la cuota de género sin embargo se presentan variaciones entre unas leyes y otras -algunas aplican a candidaturas por principios de MR y RP, otras solo a listas de RP-, y no todas incluyen a candidaturas para elecciones de gobiernos municipales/locales). En pocas palabras, son legislaciones 'ad hoc' que no siguen una dirección unívoca ni criterios de adopción. Por último tenemos dos estados que ya incluyen la paridad en sus leyes electorales, pero también presentan diferencias importantes. Es destacable que están por encima de lo que actualmente aplica para elecciones federales como es la cuota 60/40 en candidaturas a las cámaras de diputados y senadores.De lo anterior se puede deducir, que el análisis de la legislación electoral en gobiernos locales (municipales) no puede realizarse sin dar cuenta, primero, del avance que presentan las acciones afirmativas a favor de la equidad política en razón del género en las leyes electorales de los gobiernos estatales, y posteriormente desagregar la forma en que se regulan las candidaturas en elecciones locales. La nueva geografía electoral exige un análisis del contexto histórico, de sistema de partidos, electoral y de cuota en gobiernos estatales, ya que en buena medida explican el grado de avance o limitaciones que enfrentan las munícipes. La complejidad es obvia.Datos -que no registran los resultados de elecciones locales de este año-, indican que en México 3.7 son presidentas municipales/alcaldesas; 14.7% síndicas y 12.8% regidoras. Los municipios son un espacio deshabitado por las mujeres sin duda alguna. Espero poder compartirles posteriormente resultados actualizados.Saludos afectuosos, Blanca Olivia Peña Molina [Pola]Consejera Consultiva del Instituto Nacional de las Mujeres.Consejera Ciudadana del Observatorio para la Defensa y Promoción de los Derechos Políticos de las Mujeres (INMUJERES).Consejera Electoral del CL/IFE/BCSMéxico

Jue, 13/08/2009 - 11:51 Enlace permanente

El análisis de los datos permite inferir que en la Argentina, la representación de la mujer en los ejecutivos locales es reducida, en términos de cantidad de municipios y de población involucrada. Asimismo, también podemos señalar que el porcentaje de mujeres ejerciendo el gobierno local es limitado, si lo vinculamos con la condición de importancia o categoría de la organización municipal. A partir de las entrevistas realizadas hasta la fecha, las causas de esta infrarepresentación, podrían estar vinculadas en una gran proporción al déficit de democratización de los partidos políticos más que en restricciones motivadas en el género. Entre las causas que pueden citarse, figuran los sistemas imperantes para el acceso a los cargos electivos en los partidos políticos, derivados de sistemas arbitrarios y antidemocráticos en la elaboración de las listas de postulantes, lo que merecería, en sí mismo, un análisis particularizado. Con respecto a la influencia de la ley de cupo, es reconocida como un avance en la búsqueda de representación de la mujer, pero no asegura la equidad de acceso a otras instancias de decisión política ni es una condición suficiente para que las mujeres en los concejos deliberantes voten leyes que beneficien a las mujeres. La mayor parte de las entrevistadas ha coincido en la postura de reconocer el valor instrumental y simbólico de la Ley de Cupos. Esta ley constituye una herramienta en el largo camino de conseguir iguales derechos para hombres y mujeres. La Intendenta Andrea García lo sintetiza así: “Sin embargo, la ley de cupo permitió visibilizar la presencia femenina en la política”. En el mismo sentido se expresa Luz Sapag, intendenta de San Martín de los Andes; Neuquén. “Hubiera sido imposible acceder a la Banca de Senadora sino hubiese existido la Ley de Cupo”.“Con la ley de Cupo termina la discriminación la mujer puede ocupar un cargo publico y desempeñarse bien, igual que el varón”, Elsa Flores, Calilegua, provincia de Jujuy". “Si no existiera la ley, los hombres se quedarían con la mayoría de los cargos”, Marina Cachais, Arata, La Pampa. Entre la múltiple literatura leída, llegaron a nuestras manos las conclusiones de un trabajo presentado en el Segundo Encuentro Nacional de Mujeres Intendentas, realizado en el año 1997, que conservan vigencia ya que, en líneas generales, coinciden en su tendencia, con los primeros hallazgos de nuestra investigación. Se decía en dicho informe: “Las intendentas han construido su liderazgo a partir de una trayectoria en la comuna bien diferenciada de las actividades partidarias tradicionales, esto es así aun en los casos en que ellas mismas señalan una militancia política convencional”. Por su parte, nuestros resultados preliminares nos muestran que en un gran número de casos, las mujeres a cargo de los ejecutivos municipales poseen experiencia en actividades vinculadas a la atención de sectores desfavorecidos y otras áreas que pueden incluirse dentro del campo de la militancia social y que esto es reconocido por la comunidad.“Creo que hay áreas donde la condición de mujer nos da la posibilidad de ser encarar los problemas con un efecto por así decirlo más humanitario (incluso por mi condición de madre), en temas de salud y acción social, Stella Maris Giroldi, municipio de Campana. En el caso de las intendentas reelegidas, en un importante porcentaje, al interrogarlas sobre los motivos de su reelección, entienden que esto ha sucedido como reconocimiento por su tarea de gestión por la comunidad. Al indagar sobre este aspecto, surge en un apreciable número de casos, la circunstancia de que la comunidad reconoce en ellas un compromiso con las necesidades concretas de las personas y que la confianza en la gestión, están asentada en la presunción por parte de los / las gobernados / as en que la representante (la intendenta) “se hará cargo" y estará presente en la atención de los problemas. “La gente ve con buenos ojos que sea una mujer quien está a cargo del gobierno. Espero que no sea algo tan vano como una moda sino la demostración plena de la igualdad de condiciones”, afirma la intendenta de San Antonio de Areco, María E. Lennon. “Los vecinos valoran mi gestión y la reconocen con la reelección” Aída Ayala, Resistencia Chaco.Pareciera haber una suposición generalizada respecto a que, la condición de mujer habilita a suponer y esperar una mayor presencia, hasta de tiempo material y de presencia física, en los temas de la comunidad. “Estoy dando respuestas a las demandas de la sociedad poniendo todo de mi parte para que la comunidad viva en paz, haya participación, demostrando que las acciones que se llevan a cabo en beneficio de ellos mismos. No tengo otro interés más que trabajar por la comunidad”, Celia Monaldi de Lozza, El Carmen, provincia de Jujuy. En un alto porcentaje, las mujeres se sienten asumiendo una tarea doble; por un lado por la responsabilidad en el ejercicio de la gestión ejecutiva, lo que demanda rendir cuenta de sus acciones ante la comunidad, y por otro como representantes del género, se sienten obligadas a demostrar que son aptas para el rol que están ejerciendo. En este sentido, de alguna manera hace que en muchos casos, la preocupación de las intendentas las conduzca a procurar demostrar que haber “abandonado” los mandatos femeninos tradicionales, ha sido justificado por la “buena gestión” realizada. Esta situación de tensión, producto de la supervivencia de pautas de desempeño definidas desde la situación masculina, pone a la mujer en una situación de competencia y búsqueda de emulación frente al hombre, en lugar de destacar sus aptitudes, condiciones de género y capacidades diferenciales para enfrentar los mismos obstáculos. “Mi comunidad es muy receptiva hacia mi condición de mujer, a pesar de ser observada con curiosidad, en el fondo acompañan mi gestión”, Alicia Locatelli de Rubí, intendenta de Curucú Cuatiá, Corrientes.“La expectativa de la comunidad es alta porque es la primera vez que la intendencia está a cargo de una mujer, lo cual es una experiencia única para los vecinos y para mí”, Stella Maris Giroldi, municipio de Campana. “el tiempo ha demostrado que todo lo que he prometido lo he cumplido, también por eso el ciudadano espera cada vez más de la gobernación, la gente cree que todo es posible, si yo lo propongo desde la intendencia”, Andrea García, Florentino Ameghino. Aquí se hace importante discriminar las atribuciones socialmente atribuidas al rol femenino, en instituciones fuertemente marcadas por lo masculino como el municipio. La forma que ellas adopten, va a incidir sobre el ejercicio del liderazgo de la mujer a cargo de la responsabilidad ejecutiva e incidirá en las percepciones de la comunidad y sus actores, respecto a las congruencias o incongruencias entre lo esperado y lo que efectivamente ocurra. La supervivencia de pautas masculinas de definición de roles y relaciones es de tal magnitud, que en algunas entrevistas las intendentas han expresado que la dificultad para superar los códigos machistas que impregnan las relaciones en los ámbitos de gestión, y que aparecen aún en los casos que involucran a funcionarios de jerarquía inferior, les exigen un esfuerzo suplementario para definir los criterios y espacios de interacción derivados de la función desempeñada. “a veces le exigen más por ser mujer o por el contrario la consideran en situación de debilidad para la solución de problemas a tratar con otras instancias de poder”, Blanca Azucena Rossi, Basabilvaso, Entre Ríos. “el hecho de ser mujer hace que debamos esforzarnos más, tenemos que demostrar todos los días que podemos y sabemos gestionar, no se perdonan errores”, Marina Cachais, Arata, La Pampa permanencia:En este orden de ideas, los resultados del estudio de Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Local en América Latina (INSTRAW) al hacer referencia a que tan solo un 5.3% de las alcaldías en América Latina están encabezadas por mujeres y al analizar el porqué de tan bajo porcentaje, la investigadora del estudio descubrió que a las mujeres que trabajan en política “se les exige más que a los hombres, que reciben críticas que nunca se le harían a un hombre y que además, a menudo son acosadas políticamente”, si bien en la Argentina el porcentaje es mayor que en el resto de América, las exigencias de una “política municipal construida por y para los hombres se revela como un ámbito más selectivo con las mujeres” .Es interesante ver en mujeres más jóvenes los sentimientos encontrados ante la posibilidad de construir una familia y tener descendencia y la valoración que de esta circunstancia tenga la comunidad. En esta situación, lo llamativo es que el análisis más crítico suele originarse en el sector femenino de la comunidad de sus ciudades. Paralelamente a lo que venimos manifestando, se ha producido en ciertos ámbitos un cierto cambio en las actitudes y expectativas de la comunidad hacia las mujeres en el ejercicio de funciones ejecutivas y muchas de las entrevistadas tienen la sensación que la recepción de la mujer en el ejercicio del poder ha sido pacífica. Se ha podido percibir un significativo cambio de actitud de los hombres, incluso aquellos con los que existe una relación de competencia directa, ya que la mujer ha sido valorada por sus capacidades y respetada en sus logros. “Hay más respeto hacia la mujer, la gente no tiene miedo de consultar”, Juana Sandoval, Municipio e San Antonio, Jujuy. “La gente reconoce una mirada femenina en la forma de decir las cosas, la contención, se evidencia la capitalización del rol femenino”, María Lennon, San Antonio de Areco.“Ven nuestra gestión como una forma distinta de gobernar no solo desde lo racional sino también desde lo afectivo, con alto grado de consideración humana, gobernando desde el acuerdo y el consenso”, Andrea García, municipio de Florentino Ameghino.Otro elemento significativo que hemos podido extraer de nuestras observaciones es que la gestión de las intendentas es acompañada en muchos casos, por una apreciable dosis de confianza y credibilidad para el cumplimiento de lo prometido. “La comunidad ve que tengo una mirada más global, gobernando no sólo desde lo racional sino también desde lo afectivo, con alto grado de consideración humana, gobernando desde el acuerdo y el consenso”, agrega la citada Andrea García.En algunos de estos casos, esta confianza ha sido el resultado de trabajos previos en y para su comunidad y de campañas políticas en las que estuviera involucrada una fuerte e intensa presencia personal y en las que han tenido que vencer aparatos partidarios que promovían otros candidatos.Otro de los datos relevantes para ir mencionando es que las mujeres políticas, sienten que la participación de la mujer en las instancias de discusión efectiva del poder y participar en las negociaciones por la lucha de espacios que conlleva la actividad política, las obligan a compartir aspectos “oscuros” de la política en la que no siempre quieren o pueden participar.En las entrevistas realizadas a intendentes varones, las respuestas sobre la incidencia de la ley de cupo son similares. Debemos hacer la salvedad que nos estamos refiriendo a las respuestas de tres intendentes dos de los cuales a su vez, corresponden a dos municipios: Morón y Rosario, cuyas gestiones se han caracterizado por impulsar el empoderamiento de la mujer en los espacios de decisión local. En concordancia con el Trabajo del Segundo Encuentro de Mujeres citado anteriormente, interpretan también nuestros hallazgos lo allí expresado en relación al sentido atribuido al ejercicio del poder “Las intendentas rescatan la idea del poder como verbo (poder hacer), distinto del poder como sustantivo (tener poder). A ésta última forma la relacionan con la política tradicional ejercida por los hombres ya sea como rasgo propio de esa cultura o como defecto de nuestros tiempos”. En este mismo orden de ideas, en nuestra investigación, podemos señalar que las intendentas entrevistadas manifiestan explícitamente su voluntad de ejercer la función para la que han sido elegidas en un sentido amplio y profundo. Otras preocupaciones que hemos podido detectar, es la preocupación por desarrollar un compromiso mayor con la cotidianeidad y la practicidad, entendido esto como la superación de inconvenientes o dificultades que provengan de trabas burocráticas o procedimentales que impidan el arribo a soluciones de los que son definidos y reconocidos como problemas.¿Constituyen todas estas pautas un estilo de gestión propio? Esta pregunta, una de las centrales y más sugerentes que dieran origen a nuestro trabajo, aún no tiene, como en muchas otras cuestiones vinculadas con la interacción social, una respuesta cerrada y concluyente. Esto sin embargo, no nos inhabilita para advertir que algunos rasgos singulares aparecen en la gestión de estas mujeres a cargo de los ejecutivos municipales: un grado de compromiso apreciable con la tarea, una comprensión (a veces incipiente y aún contradictoria ) sobre su responsabilidad de género, el surgimiento de una conciencia sobre la necesidad de vincularse y debatir con mujeres, una conciencia creciente sobre el derecho que les asiste respecto al reconocimiento de la igualdad de derechos, sobre sus aptitudes para abordar temas que no están tradicionalmente asociados con la condición de mujer, sobre la necesidad de comprometerse en fomentar la participación de las mujeres en general y sobre la relevancia de visibilizar la mirada femenina. Los datos obtenidos, más allá de su condición preliminar y provisoria, nos confirman la idea de la relevancia del tema abordado. Muchas de las dificultades para acceder a las entrevistas, producto de las contingencias de un año político -con meses de gran conflictividad- y del desconocimiento sobre la importancia de la investigación social para un mejor desempeño del sistema político y para la misma gestión de gobierno, hicieron a nuestro trabajo arduo y complejo, pero también incitante. La particular característica territorial de Argentina: tamaño y dispersión territorial, nos obligaron a redoblar esfuerzos para aprehender las diferencias y matices entre realidades distantes geográfica y culturalmente, al tiempo que nos fueron ampliando la lente de observación. La compensación a estos inconvenientes, radicó en los resultados de las mismas entrevistas que, superaron en la mayoría de los casos, a las expectativas con las que inicialmente contábamos. Extracto de las conclusiones del trabajo premiado por URBAL/2008 Liderazgos Políticos y Estilos de Gestión de Mujeres en Ejecutivos MunicipalesSusana Campari, Susana Battista, Silvana Mondino

Lun, 17/08/2009 - 06:10 Enlace permanente
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