Mi hija de cinco años se para sobre una silla y grita “Juguemos a la presidenta”, y después hace alguna propuesta como “comer sándwich con palitos chinos” o “hacer burbujas con gaseosa”.
Vio cómo mirábamos los últimos discursos, y también la asunción en diciembre y la apertura de las sesiones parlamentarias, además de escucharme diciendo: “Mirá Franca, esta señora es la presidenta de Argentina”.Esto viene a cuento de un debate que en estos días se está dando en algunos sectores feministas y entre periodistas: ¿Tiene derecho CFK a invocar su condición de mujer si nunca, hasta el momento, defendió explícitamente los derechos de las mujeres? ¿Utiliza un recurso demagógico cuando se victimiza de esta forma? ¿Debemos las feministas apoyarla?Para leer el artículo completo, por favor visite el sitio web de Artemisa Noticias
Mi hija de cinco años se para sobre una silla y grita “Juguemos a la presidenta”, y después hace alguna propuesta como “comer sándwich con palitos chinos” o “hacer burbujas con gaseosa”.
Vio cómo mirábamos los últimos discursos, y también la asunción en diciembre y la apertura de las sesiones parlamentarias, además de escucharme diciendo: “Mirá Franca, esta señora es la presidenta de Argentina”.Esto viene a cuento de un debate que en estos días se está dando en algunos sectores feministas y entre periodistas: ¿Tiene derecho CFK a invocar su condición de mujer si nunca, hasta el momento, defendió explícitamente los derechos de las mujeres? ¿Utiliza un recurso demagógico cuando se victimiza de esta forma? ¿Debemos las feministas apoyarla?Para leer el artículo completo, por favor visite el sitio web de Artemisa Noticias