"Eres como nosotras", le gritan las fans a Sarah Palin en los mítines mientras sostienen el pintalabios en alto como si fuera un mechero en un concierto. La candidata republicana a la vicepresidencia de EE UU no se parece a otras mujeres que han llegado a posiciones de poder. Ex reina de belleza, ultraconservadora con cinco hijos, aspecto de bibliotecaria, voz de pajarillo, unas credenciales académicas mediocres y gobernadora de un Estado exótico como Alaska, se autodefine como una hockey mom del montón, madre entregada de las que llevan a sus hijos a los partidos.
Es el espejo en el que la mujer media puede reflejarse. Pero está en contra de postulados básicos del feminismo, como el aborto, incluso en caso de violación e incesto. ¿Es bueno, per se, que una mujer alcance uno de los cargos más poderosos del planeta sean cuales sean sus convicciones? El debate está al rojo vivo. No hay acuerdo sobre si su figura es un ultraje a la esencia del feminismo o una inspiración grandiosa.Para leer el artículo completo, por favor visita el sitio web de El País
"Eres como nosotras", le gritan las fans a Sarah Palin en los mítines mientras sostienen el pintalabios en alto como si fuera un mechero en un concierto. La candidata republicana a la vicepresidencia de EE UU no se parece a otras mujeres que han llegado a posiciones de poder. Ex reina de belleza, ultraconservadora con cinco hijos, aspecto de bibliotecaria, voz de pajarillo, unas credenciales académicas mediocres y gobernadora de un Estado exótico como Alaska, se autodefine como una hockey mom del montón, madre entregada de las que llevan a sus hijos a los partidos.
Es el espejo en el que la mujer media puede reflejarse. Pero está en contra de postulados básicos del feminismo, como el aborto, incluso en caso de violación e incesto. ¿Es bueno, per se, que una mujer alcance uno de los cargos más poderosos del planeta sean cuales sean sus convicciones? El debate está al rojo vivo. No hay acuerdo sobre si su figura es un ultraje a la esencia del feminismo o una inspiración grandiosa.Para leer el artículo completo, por favor visita el sitio web de El País