Túnez vivió el pasado domingo una jornada electoral para la historia: sus primeros comicios locales desde el triunfo de la revolución del año 2011, que acabó con la dictadura de Zine al Abidine Ben Ali.

La ley electoral en las elecciones municipales de domingo obliga a la paridad de género entre los cabezas de lista.

El manejo e información en radio, prensa escrita y televisión con enfoque misógino, diferenciado y estereotipado de la participación política de las mujeres, constituye violencia.

Uno de los principales blancos de ataque hacia las mujeres como candidatas gira en torno a su vida privada y no a su trabajo. En muchos casos establecidos por complicidades de adversarios políticos con representantes de los medios de comunicación.

El avance democrático que trajo el reconocimiento efectivo de la participación de la mujer en la vida política no tiene marcha atrás porque existen instituciones con procedimientos muy definidos para atender sus demandas de justicia, afirmó ayer en esta ciudad Enrique Figueroa Ávila, magistrado de la Sala Regional de Xalapa del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

En pleno 2018, las mujeres siguen sufriendo todo tipo de desigualdades: sus salarios son más bajos, tienen más dificultades para acceder a puestos de responsabilidad en las empresas, y los asesinatos machistas –en lo que llevamos de año se ha producido, de media, uno cada once días– no dejan de sucederse. En este contexto, la política no es una excepción, como demuestran los datos.

En los últimos años las mujeres han tenido mayor participación en la política y en temas electorales, gracias a los avances legislativos como el principio de paridad de género. Sin embargo, su inclusión aún se ve vulnerada por cuestiones de violencia e inequidad.