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Perú: Mujeres, poder y medios

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Perú: Mujeres, poder y medios

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Desde la década de los noventa el número promedio de ministras de gobierno ha aumentado de 9% a 24%.
Avanzan pero... Las mujeres tienen aún una insuficiente cuota de representación política. La semana pasada se celebró el Día Internacional de la Mujer. La aparición de un muy interesante libro me da la oportunidad de reflexionar sobre un tema de permanente actualidad: las relaciones entre las mujeres y el poder político. El trabajo lleva un sugerente título: "30 años de democracia: ¿en la cresta de la ola? Participación política de la mujer en América Latina". Fue escrito por Beatriz Llanos y Kristen Sample y publicado por IDEA Internacional. Tomando en cuenta a Fernández de Kirchner, en Argentina, y a Bachelet, en Chile, podemos considerar que si no en la cresta, en esta parte de América, por lo menos estamos en la subida de la ola. Las mujeres son cada vez más visibles en altas esferas de poder. Hay cambios muy importantes, y no sólo cuantitativos: desde la década de los noventa el número promedio de ministras de gobierno ha aumentado de 9% a 24% y lo interesante desde el punto de vista cualitativo es que sus carteras ahora incluyen defensa, economía, seguridad interna o relaciones exteriores, áreas históricamente reservadas para los varones. Creo que a nadie sorprende o sobresalta que en plena tensión militar entre Ecuador y Colombia, hable una mujer a cargo de la cartera de asuntos externos. Sin embargo, a nivel de la representación electoral las cosas siguen ambiguas. El promedio de parlamentarias ha crecido en estos años: una de cada tres en Argentina, pero una de cada doce en Brasil. En el nivel local las cifras no son halagüeñas: en 14 países estudiados el porcentaje de mujeres alcaldesas no supera el 10%. En el Perú solo 2.8%, y ninguna presidenta regional. Es conocido el rol social que juegan muchas mujeres en la vida de sus familias y comunidades. Sin embargo, este papel social o comunitario no se traduce en presencia en la vida política o en los poderes locales. Sigue habiendo, pues, un cuello de botella entre lo privado, lo social y lo público. También hay que decir en este tema lo políticamente incorrecto. De cuatro mujeres presidentas que hemos tenido en América Latina, dos eran viudas, en Nicaragua y Panamá; una es esposa de ex presidente y solo una, Bachelet, no le debe nada a esposo alguno. Falta harto para llegar a la cresta.Creo que las democracias deben seguir profundizando los mecanismos para incorporar la diversidad de género en sus instancias de poder. Las cuotas son una medida que todavía algunos discuten. Es, sin embargo, una medida excepcional para desigualdades históricamente excepcionales. No es paternalismo protector, es atender a las diferencias. Si desea leer el artículo completo por favor visite el Sitio web de La República


Desde la década de los noventa el número promedio de ministras de gobierno ha aumentado de 9% a 24%.
Avanzan pero... Las mujeres tienen aún una insuficiente cuota de representación política. La semana pasada se celebró el Día Internacional de la Mujer. La aparición de un muy interesante libro me da la oportunidad de reflexionar sobre un tema de permanente actualidad: las relaciones entre las mujeres y el poder político. El trabajo lleva un sugerente título: "30 años de democracia: ¿en la cresta de la ola? Participación política de la mujer en América Latina". Fue escrito por Beatriz Llanos y Kristen Sample y publicado por IDEA Internacional. Tomando en cuenta a Fernández de Kirchner, en Argentina, y a Bachelet, en Chile, podemos considerar que si no en la cresta, en esta parte de América, por lo menos estamos en la subida de la ola. Las mujeres son cada vez más visibles en altas esferas de poder. Hay cambios muy importantes, y no sólo cuantitativos: desde la década de los noventa el número promedio de ministras de gobierno ha aumentado de 9% a 24% y lo interesante desde el punto de vista cualitativo es que sus carteras ahora incluyen defensa, economía, seguridad interna o relaciones exteriores, áreas históricamente reservadas para los varones. Creo que a nadie sorprende o sobresalta que en plena tensión militar entre Ecuador y Colombia, hable una mujer a cargo de la cartera de asuntos externos. Sin embargo, a nivel de la representación electoral las cosas siguen ambiguas. El promedio de parlamentarias ha crecido en estos años: una de cada tres en Argentina, pero una de cada doce en Brasil. En el nivel local las cifras no son halagüeñas: en 14 países estudiados el porcentaje de mujeres alcaldesas no supera el 10%. En el Perú solo 2.8%, y ninguna presidenta regional. Es conocido el rol social que juegan muchas mujeres en la vida de sus familias y comunidades. Sin embargo, este papel social o comunitario no se traduce en presencia en la vida política o en los poderes locales. Sigue habiendo, pues, un cuello de botella entre lo privado, lo social y lo público. También hay que decir en este tema lo políticamente incorrecto. De cuatro mujeres presidentas que hemos tenido en América Latina, dos eran viudas, en Nicaragua y Panamá; una es esposa de ex presidente y solo una, Bachelet, no le debe nada a esposo alguno. Falta harto para llegar a la cresta.Creo que las democracias deben seguir profundizando los mecanismos para incorporar la diversidad de género en sus instancias de poder. Las cuotas son una medida que todavía algunos discuten. Es, sin embargo, una medida excepcional para desigualdades históricamente excepcionales. No es paternalismo protector, es atender a las diferencias. Si desea leer el artículo completo por favor visite el Sitio web de La República