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Mary Robinson

Entrevistas

Enviado por iKNOW Politics el
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February 13, 2008

Mary Robinson

ex Presidente de Irlanda (1990-1997) y Alta Comisaria de ONU para Los Derechos Humanos (1997-2002)

"Es curioso que las mujeres que han logrado altos cargos estén más dispuestas que sus contrapartes varones a admitir los errores que han cometido o a hablar acerca de los problemas que se les presentan. Es como si aún no diéramos por sentado que podemos ser elegidas o que podemos acceder a altos cargos, de modo que cuando esto se hace realidad, tenemos la capacidad de monitorear nuestra propia habilidad de hacerlo bien o no. Por eso, les aconsejo que crean en sí mismas y que actúen convencidas de que pueden hacer una contribución válida. Necesitamos más mujeres que hagan ese aporte, así que persistan y obtendrán el apoyo que merecen.” – Mary Robinson

iKNOW Politics: Usted fue la primera Presidenta de Irlanda. ¿Qué retos ha enfrentado como mujer en esta posición de liderazgo? ¿Cómo la preparó su formación y entorno para hacer frente a esos desafíos?

Cuando fui nominada como una de tres candidatos(as) a la presidencia, yo era una recién llegada porque no provenía de un ambiente político y para entonces se señalaba al Viceprimer Ministro de Irlanda como ganador seguro. Debo decir que la presidencia en Irlanda es muy diferente de la de los Estados Unidos o Francia, o de la de muchos países en desarrollo. Es una presidencia no ejecutiva y el cargo ha sido ocupado por seis hombres. En virtud de nuestra Constitución, me precedieron seis presidentes que, en general, fueron hombres mayores que contaban con el apoyo del principal partido político, es decir, el partido mayoritario, de modo que yo venía a desafiar a todo el sistema. Mi nominación fue anterior a la de mis competidores varones y desde entonces comencé a abogar por una presidencia más activa, más significativa, que tuviera contacto con el quehacer de los diferentes sectores de la sociedad civil y que también representara a Irlanda en el exterior de un modo más fiel a nuestra historia, acercándonos a la lucha de los países en desarrollo.

Mis argumentos tuvieron buena acogida y fui elegida. Creo que fue importante el hecho de que yo me había acercado a diversos grupos en mi recorrido por las ciudades del interior, en las zonas rurales e incluso en las islas, lo cual me permitió admirar el desarrollo que se estaba gestando en el seno de las comunidades. Poco después de asumir mi mandato, recibí invitaciones de muchos de ellos para acercarme e inaugurar sus locales, para asistir al décimo aniversario de una iniciativa para los niños(as) o los(as) ancianos(as), o para alguna otra actividad comunitaria. Sobre las invitaciones se consignaba una leyenda con la recomendación de mi secretaría que, tal como lo recuerdo ahora, decía: “Este evento no reviste suficiente importancia como para justificar la presencia de la Presidenta”. Hasta que luego de recibir dos o tres de estas invitaciones, me pregunté: “Pero, entonces... ¿quién es la Presidenta? Sí, es importante.

No podré cumplir con todas, pero es importante que asista estratégicamente a algunos eventos a fin de mostrar que lo que están haciendo estos grupos e individuos es relevante, que el desarrollo a nivel de comunidades está cambiando el rostro de la Irlanda moderna”. Y resultó que muchas de las personas que trabajaban en éstas comunidades eran mujeres.

iKNOW Politics: ¿Puede contarle a nuestras(os) lectoras(es) acerca de algún cambio propiciado por usted como Presidenta del que esté particularmente orgullosa, quizás uno que haya beneficiado a las mujeres y que haya trascendido a su mandato oficial?

Quizás lo que más me enorgullece fue el haberme acercado a las mujeres de Irlanda del Norte, tanto protestantes como católicas, mujeres de clase obrera, e invitarlas a Dublín. Se pusieron sus mejores trajes y abrigos, y partieron hacia una experiencia extraordinaria para ellas: por una parte, llegar a Dublín desde Belfast, y por la otra, ser recibidas en la residencia presidencial. Mantuvimos maravillosos debates y nuevamente tuve la oportunidad de felicitarlas por su labor de tender puentes entre las diferentes urbanizaciones, y por su valentía para reconocer que era necesario construir la paz paso a paso por encima de las divisiones que se habían suscitado en Belfast y, de este modo, poner fin a la violencia. También me referí a la necesidad de que Irlanda misma se abriera y valorara la diversidad, y en última instancia lo conecté con la “Diáspora Irlandesa” en todo el mundo.

Tuvimos la suerte de que alrededor de setenta millones de personas en el mundo entero se sintieran orgullosas de su herencia irlandesa, generándose así un espacio para lograr la paz en Irlanda del Norte, lo cual finalmente ocurrió. También di diversos discursos en ocasiones especiales a fin de valorar la contribución de las mujeres, asegurándome en particular de que se incluyera a aquellas que colaboraban en actividades comunitarias. Trataba de hacer que el movimiento de mujeres irlandesas fuese más inclusivo, de modo que todas se sintieran reivindicadas por lo que llamamos el movimiento de la mujer, y no algo que las hiciera sentir inferiores. Cuando escuchaba la frase: “Yo no soy importante, no soy más que una ama de casa”, les preguntaba: “¿Bueno, qué haces en tu comunidad?”. Ellas contestaban: “Me encargo de esto y me ocupo de aquello otro”, y lo que descubría es que detrás del “no soy más que una ama de casa” había una persona que trabajaba muy activamente por su comunidad.

iKNOW Politics: Además de abogar por la adopción de leyes con perspectiva de género en Irlanda, usted ha trabajado activamente en la promoción de los derechos humanos y el desarrollo de la equidad de género en todo el mundo. ¿Cómo describiría su experiencia como Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas? ¿Cómo cree que contribuyó el hecho de ser mujer a su experiencia, su perspectiva y su éxito en ese rol?

Cuando fui designada Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, estaba muy consciente de que tal como había sido importante ser Presidenta y tener claro de ejercer mi mandato con un fuerte liderazgo femenino, como Alta Comisionada de la ONU trataría de mostrar un liderazgo impregnado del hecho de ser mujer. Muchas de las violaciones de los derechos humanos en todo el mundo son violaciones contra las mujeres, como el terrible problema de la violencia de género, la trata de personas y la discriminación. Entrar en contacto con estos temas, debatirlos abiertamente y alentar a otras mujeres, todo ello fue, creo yo, parte del rol que logré desempeñar. Asimismo, alenté a Kofi Annan, el Secretario General, a designar a una mujer para el puesto de Representante Especial del Secretario General sobre los Defensores de los Derechos Humanos, y la persona designada, quien todavía conserva su mandato, Hina Jilani, ha logrado un éxito tremendo. En su labor respecto de temáticas delicadas, ha contribuido el hecho de ser mujer, porque, por ejemplo, puede reconocer que la violación en tiempos de guerra es un delito gravísimo, entre otros.

iKNOW Politics: Luego de su visita a los campos de refugiados en El Chad en septiembre de 2007, usted lideró un grupo internacional de mujeres estadistas en la elaboración de una carta abierta que condenaba el empleo de la violación y la violencia sexual como arma de guerra en Darfur y demandó su cese. Usted también ha llamado a la participación de la mujer en las negociaciones por la paz. ¿Qué puede hacer la participación política femenina para generar mayor seguridad para las mujeres que quedan atrapadas en un conflicto y para contribuir a eliminar la violencia en su contra?

Me consta que en la actualidad hay suficientes mujeres en puestos de liderazgo a nivel nacional, en organizaciones internacionales, en los negocios y en otras esferas de la comunidad local, y que deberíamos ver más pruebas de que esto ha marcado una diferencia. Por eso, siempre me complace alentar el liderazgo colectivo de las mujeres, particularmente en temas de seguridad humana. En noviembre se llevó a cabo una conferencia en Nueva York organizada por varios grupos, entre los cuales se encontraba el Foro Intercultural de Mujeres Líderes (Women Leaders Intercultural Forum), que opera como parte de Realizing Rights, y también el Consejo de Mujeres Líderes del Mundo (Council of Women World Leaders), el cual presido, y abordamos diferentes aspectos de la seguridad humana, la necesidad de que los gobiernos tomen la responsabilidad que les compete en la protección de lugares como Darfur y el este de El Chad, la inseguridad económica, el impacto del cambio climático, y las dimensiones de género de ese impacto en comunidades pobres.

Éramos conscientes de que estábamos tratando de encontrar una nueva manera de actuar en forma conjunta, y que la visita a El Chad era un ejemplo de ello. Otro ejemplo es nuestro trabajo conjunto en apoyo a Ellen Johnson Sirleaf, en Liberia, no sólo en sus planes de organizar un simposio internacional sobre la seguridad de la mujer allí en Liberia en marzo de 2009, sino también simultáneamente en su labor a favor del empoderamiento de las mujeres y niñas en ese país. Tengo esperanzas de que en el futuro se realicen más visitas a lugares como el este de El Chad, y que haya mayor trabajo empírico colectivo por parte de lideresas a fin de abordar estos problemas.

iKNOW Politics: Usted es miembro del Consejo de Liderazgo para la Coalición Mundial sobre la Mujer y el Sida de las Naciones Unidas. A la luz de la creciente feminización del sida, ¿qué esperanzas hay de que las mujeres con liderazgo político logren dar forma a políticas nacionales a fin de asegurar que se aborde la cuestión de la vulnerabilidad de mujeres y niñas?

Es importante que exista este Consejo de Liderazgo porque la situación es de mucha gravedad. En una conferencia en Nairobi -en julio pasado-, sobre la mujer y el sida, resultó muy significativo el hecho de que había quinientas mujeres presentes que habían contraído el virus. Escuché historias de discriminación, de mujeres echadas de sus propios hogares, y también sobre la vulnerabilidad de las niñas, quienes tienen cuatro, cinco, quizás seis veces más probabilidades de ser seropositivas debido a las relaciones de poder existente y a su imposibilidad de decir “no” en ciertas circunstancias. Me gustaría ver más liderazgo colectivo de mujeres en los grandes temas de salud femenina.

El dato estadístico que no mejora es el de muerte de la madre al dar a luz, poco antes o después del parto. Los altos índices de mortalidad materna son alarmantes y debemos ocuparnos de ello, porque resulta vital para las familias y las comunidades. Necesitamos hacer hincapié en la salud general de la mujer, en la necesidad de salud reproductiva, con especial énfasis en las jóvenes adolescentes. La Coalición Mundial sobre la Mujer y el Sida de la ONU es sólo una de las iniciativas de trabajo cooperativo que necesitamos para abordar la cuestión de la salud de la mujer y que están en proceso de formación.

iKNOW Politics: Propiciar el liderazgo de la mujer es uno de los temas de Realizing Rights: Iniciativa para una Globalización Ética, la organización que usted ha fundado. ¿Cómo hace la Iniciativa para promover este objetivo?

En Realizing Rights hemos puesto la mira en el liderazgo, el liderazgo político, el liderazgo en materia de negocios y, lo que es más importante, el liderazgo de la mujer. Nos hemos centrado particularmente en la necesidad de conectar a lideresas salvando brechas culturales, regionales y generacionales a fin de que las jóvenes líderes sientan que están conectadas entre sí y que tienen la oportunidad de expresar sus perspectivas y de ser oídas. Con ese propósito creamos el Foro Intercultural de Mujeres Líderes, junto con otras organizaciones, que opera en la actualidad como parte de Realizing Rights.

Hemos organizado reuniones en diferentes lugares. Por ejemplo, un encuentro reciente celebrado en Jordania, que contó con el auspicio de la Reina Rania, reunió a lideresas de esa región. También hemos llevado a cabo encuentros en Kenia y fuimos parte de la cumbre que mencioné, anteriormente, acerca del liderazgo de la mujer. Además, estamos muy vinculadas al proyecto de apoyo a Liberia con vistas a la conferencia de 2009. En términos prácticos, hay algo que las mujeres líderes y las personas que forman la Red iKNOW Politics pueden hacer. Cuando alguna de nosotras, que ya estamos establecidas, recibe una invitación a una conferencia, muy a menudo somos las únicas mujeres en el panel, o la única mujer en dirigirse a la audiencia.

Debemos negociar con los organizadores y decirles: “Sé que ustedes cuentan con una sola mujer, pero conozco a muchas mujeres jóvenes, aquí están sus nombres; cualquiera de ellas lo haría muy bien si tuviera la oportunidad de venir”. O bien, decir: “Sé que ustedes no cuentan con paneles que contribuyan a resaltar la dimensión de género”. Ya sea que se trate del cambio climático, la economía mundial o cualquier otro tema, a menudo las conferencias no abordan las dimensiones de género de manera equilibrada. Debemos estar dispuestas a renegociar los términos de la conferencia en sí misma, y estoy convencida de que iKNOW Politics puede hacer mucho al respecto.

iKNOW Politics: Usted es la Presidenta del Consejo de Mujeres Líderes del Mundo, una red formada por mujeres que se desempeñan o se han desempeñado como presidentas o primeras ministras. ¿Qué rol ha cumplido esta red en la creación de una voz colectiva para las mujeres en los puestos más altos de gobierno?

Creo que es de gran utilidad porque se da visibilidad a la mujer que ocupa un cargo en el presente o lo ha ocupado en el pasado. El Consejo de Mujeres Líderes del Mundo participa como uno de los organizadores de una iniciativa de liderazgo ministerial sobre salud que promueve el encuentro de mujeres que se desempeñan al frente de los ministerios de salud. También hemos alentado la formación de otras redes de ministras, tal como la de mujeres al frente de ministerios del medio ambiente, quienes al reunirse en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible en Johannesburgo modificaron la agenda. Advirtieron que la agenda propuesta contenía muy poca perspectiva de género y que, dado que todas ellas eran ministras, estaban facultadas para modificarla.

Contamos con una red más amplia de ministras de asuntos de la mujer y hemos generado encuentros para ministras de comercio e industria. Ahora, tenemos puestos nuestros ojos en la educación. Hay muchas mujeres que se desempeñan al frente del ministerio de educación y queremos trabajar con ellas en los años venideros. Para alentar a otras mujeres hay que convocarlas y también dar a conocer el hecho de que, en realidad, no son pocas las mujeres que han ocupado altos cargos. A veces sorprendo a la audiencia a la que me estoy dirigiendo cuando les pregunto: “¿Cuántas miembros creen ustedes que tiene hoy el Consejo de Mujeres Líderes del Mundo?”. Ya somos más de cuarenta, aunque muchos no lo aprecien como logro. Y cuando digo cuarenta, estoy incluyendo tres invitaciones que espero sean aceptadas.

iKNOW Politics: ¿De qué manera cree usted que la participación en una Red como iKNOW Politics puede colaborar con las mujeres en cargos gubernamentales?

Estoy realmente a favor de propiciar mayores conexiones y más solidaridad entre mujeres que ocupan puestos de responsabilidad. Las mujeres tienden a ejercer el liderazgo de un modo diferente, más tendiente a resolver problemas. Participando en esta Red podemos intercambiar experiencias y respaldarnos, y creo que esto es muy importante. También nos ayuda a compartir información acerca de cómo movilizarnos a nivel mundial, lo cual adquiere cada vez mayor relevancia. Por ejemplo, le pediría a iKNOW Politics que nos ayude a promocionar la campaña para el 2008 “Todo ser humano tiene derechos” (Every Human Has Rights), que hemos lanzado en el recientemente formado grupo “Elders” con Nelson Mandela a la cabeza, conmemorando el sexagésimo aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Cada mes nos concentraremos en un tema diferente, y el lema de marzo será “Toda mujer tiene derechos”.

Lo que pedimos encarecidamente es que todos y todas accedan al sitio, lean la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y firmen el siguiente compromiso: “Me responsabilizo personalmente a respetar y defender los objetivos de la Declaración Universal de Derechos Humanos en mi vida diaria y en mi comunidad”. La razón detrás de esto es nuestro convencimiento de que si cada persona se diera cuenta de que estos derechos son suyos desde que nacen, entonces los gobiernos pondrían más atención en el respeto de los derechos humanos a nivel mundial.

Sería muy bueno que las mujeres fueran parte importante en esta iniciativa. Fue una mujer, Eleanor Roosevelt, la lideresa que reunió a un grupo de abogados para que redactaran la Declaración Universal de los Derechos Humanos y luego la dieran a conocer; de modo que hacemos honor a esta mujer y a su visión de futuro al aprovechar la oportunidad para centrar nuestra atención no sólo en los derechos humanos sino en los derechos de las mujeres, y al asegurar que los derechos de mujeres y niñas sean destacados en la campaña. También hay experiencias prácticas de gobierno que las mujeres pueden y deben compartir entrenando a lideresas jóvenes, y creo que la contribución de iKNOW Politics con estas actividades será fundamental.

iKNOW Politics: ¿Qué consejo compartiría con los(as) miembros de iKNOW Politics, en particular con candidatas y funcionarias, a medida que avanzan en sus carreras políticas?

Es difícil dar un único consejo porque las barreras y dificultades son múltiples: a veces el problema es el financiamiento, otras es encontrar el tiempo necesario, sin descuidar otras responsabilidades, para dedicarse a lograr una nominación como candidata del partido. Lo que definitivamente se requiere es coraje y confianza en una misma. He notado que las mujeres en muchas ocasiones tienen dudas sobre sí mismas, ese sentido de visión y propósito que puede estar dentro de ellas, pero piensan: “¿Quién soy yo para creer que puedo hacer esto?”. Mientras que en los hombres no suelo advertir esa misma actitud dubitativa. Creo que en parte se debe a que las mujeres no estamos aún acostumbradas a estar en posiciones de poder.

Si uno dice Primer Ministro, la gente asume que es un hombre, excepto en circunstancias excepcionales en que se trata de una mujer, y así con muchos otros cargos. Esto me recuerda una broma que comparto con mi sucesora actual, la Presidenta de Irlanda. Como primera mujer presidente, ocupé mi cargo durante siete años y luego, cuando partí hacia las Naciones Unidas, fui sucedida por la actual presidenta Mary McAleese. Ella se desempeñó durante su mandato inicial de siete años y fue reelegida para un segundo mandato. No enfrentó oposición porque venía haciendo una buena labor. A modo de broma, solemos decir que en Irlanda los niños pequeños lloran sobre el regazo de sus madres y dicen: “¿Por qué no puedo ser presidente cuando sea grande?”, porque ya han pasado catorce años, y ahora serán veintiuno, con una mujer como presidente. Ése el punto. Las niñas están acostumbradas a ver que todos los puestos importantes están en manos de hombres, de modo que no está nada mal que los niños tengan dudas de si alguna vez podrán postularse para presidente. Es sólo una broma, pero tiene un trasfondo. No soy de las que creen que las mujeres deben apoyar las candidaturas de mujeres cualquiera sea su calibre, y creo que debemos librarnos de esa idea. No se trata de “tengo que apoyarte porque soy mujer y tú también eres mujer”, pero sí se trata de reconocer que necesitamos muchas más mujeres en posiciones de responsabilidad, por el bien de toda la humanidad, es decir, por el bien de hombres y mujeres.

Y hay mujeres de gran calibre a quienes se les hace difícil llegar debido a las barreras que enfrentan. Es curioso que las mujeres que han logrado altos cargos estén más dispuestas que sus contrapartes varones a admitir los errores que han cometido o a hablar acerca de los problemas que se les presentan. Es como si aún no diéramos por sentado que podemos ser elegidas o que podemos acceder a altos cargos, de modo que cuando esto se hace realidad tenemos la capacidad de monitorear nuestra propia habilidad de hacerlo bien o no. Por eso, les aconsejo que crean en sí mismas y que actúen convencidas de que pueden hacer una contribución válida. Necesitamos más mujeres que hagan ese aporte, así que persistan y obtendrán el apoyo que merecen.

 

 

 

Día de la entrevista
Región
ex Presidente de Irlanda (1990-1997) y Alta Comisaria de ONU para Los Derechos Humanos (1997-2002)

"Es curioso que las mujeres que han logrado altos cargos estén más dispuestas que sus contrapartes varones a admitir los errores que han cometido o a hablar acerca de los problemas que se les presentan. Es como si aún no diéramos por sentado que podemos ser elegidas o que podemos acceder a altos cargos, de modo que cuando esto se hace realidad, tenemos la capacidad de monitorear nuestra propia habilidad de hacerlo bien o no. Por eso, les aconsejo que crean en sí mismas y que actúen convencidas de que pueden hacer una contribución válida. Necesitamos más mujeres que hagan ese aporte, así que persistan y obtendrán el apoyo que merecen.” – Mary Robinson

iKNOW Politics: Usted fue la primera Presidenta de Irlanda. ¿Qué retos ha enfrentado como mujer en esta posición de liderazgo? ¿Cómo la preparó su formación y entorno para hacer frente a esos desafíos?

Cuando fui nominada como una de tres candidatos(as) a la presidencia, yo era una recién llegada porque no provenía de un ambiente político y para entonces se señalaba al Viceprimer Ministro de Irlanda como ganador seguro. Debo decir que la presidencia en Irlanda es muy diferente de la de los Estados Unidos o Francia, o de la de muchos países en desarrollo. Es una presidencia no ejecutiva y el cargo ha sido ocupado por seis hombres. En virtud de nuestra Constitución, me precedieron seis presidentes que, en general, fueron hombres mayores que contaban con el apoyo del principal partido político, es decir, el partido mayoritario, de modo que yo venía a desafiar a todo el sistema. Mi nominación fue anterior a la de mis competidores varones y desde entonces comencé a abogar por una presidencia más activa, más significativa, que tuviera contacto con el quehacer de los diferentes sectores de la sociedad civil y que también representara a Irlanda en el exterior de un modo más fiel a nuestra historia, acercándonos a la lucha de los países en desarrollo.

Mis argumentos tuvieron buena acogida y fui elegida. Creo que fue importante el hecho de que yo me había acercado a diversos grupos en mi recorrido por las ciudades del interior, en las zonas rurales e incluso en las islas, lo cual me permitió admirar el desarrollo que se estaba gestando en el seno de las comunidades. Poco después de asumir mi mandato, recibí invitaciones de muchos de ellos para acercarme e inaugurar sus locales, para asistir al décimo aniversario de una iniciativa para los niños(as) o los(as) ancianos(as), o para alguna otra actividad comunitaria. Sobre las invitaciones se consignaba una leyenda con la recomendación de mi secretaría que, tal como lo recuerdo ahora, decía: “Este evento no reviste suficiente importancia como para justificar la presencia de la Presidenta”. Hasta que luego de recibir dos o tres de estas invitaciones, me pregunté: “Pero, entonces... ¿quién es la Presidenta? Sí, es importante.

No podré cumplir con todas, pero es importante que asista estratégicamente a algunos eventos a fin de mostrar que lo que están haciendo estos grupos e individuos es relevante, que el desarrollo a nivel de comunidades está cambiando el rostro de la Irlanda moderna”. Y resultó que muchas de las personas que trabajaban en éstas comunidades eran mujeres.

iKNOW Politics: ¿Puede contarle a nuestras(os) lectoras(es) acerca de algún cambio propiciado por usted como Presidenta del que esté particularmente orgullosa, quizás uno que haya beneficiado a las mujeres y que haya trascendido a su mandato oficial?

Quizás lo que más me enorgullece fue el haberme acercado a las mujeres de Irlanda del Norte, tanto protestantes como católicas, mujeres de clase obrera, e invitarlas a Dublín. Se pusieron sus mejores trajes y abrigos, y partieron hacia una experiencia extraordinaria para ellas: por una parte, llegar a Dublín desde Belfast, y por la otra, ser recibidas en la residencia presidencial. Mantuvimos maravillosos debates y nuevamente tuve la oportunidad de felicitarlas por su labor de tender puentes entre las diferentes urbanizaciones, y por su valentía para reconocer que era necesario construir la paz paso a paso por encima de las divisiones que se habían suscitado en Belfast y, de este modo, poner fin a la violencia. También me referí a la necesidad de que Irlanda misma se abriera y valorara la diversidad, y en última instancia lo conecté con la “Diáspora Irlandesa” en todo el mundo.

Tuvimos la suerte de que alrededor de setenta millones de personas en el mundo entero se sintieran orgullosas de su herencia irlandesa, generándose así un espacio para lograr la paz en Irlanda del Norte, lo cual finalmente ocurrió. También di diversos discursos en ocasiones especiales a fin de valorar la contribución de las mujeres, asegurándome en particular de que se incluyera a aquellas que colaboraban en actividades comunitarias. Trataba de hacer que el movimiento de mujeres irlandesas fuese más inclusivo, de modo que todas se sintieran reivindicadas por lo que llamamos el movimiento de la mujer, y no algo que las hiciera sentir inferiores. Cuando escuchaba la frase: “Yo no soy importante, no soy más que una ama de casa”, les preguntaba: “¿Bueno, qué haces en tu comunidad?”. Ellas contestaban: “Me encargo de esto y me ocupo de aquello otro”, y lo que descubría es que detrás del “no soy más que una ama de casa” había una persona que trabajaba muy activamente por su comunidad.

iKNOW Politics: Además de abogar por la adopción de leyes con perspectiva de género en Irlanda, usted ha trabajado activamente en la promoción de los derechos humanos y el desarrollo de la equidad de género en todo el mundo. ¿Cómo describiría su experiencia como Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas? ¿Cómo cree que contribuyó el hecho de ser mujer a su experiencia, su perspectiva y su éxito en ese rol?

Cuando fui designada Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, estaba muy consciente de que tal como había sido importante ser Presidenta y tener claro de ejercer mi mandato con un fuerte liderazgo femenino, como Alta Comisionada de la ONU trataría de mostrar un liderazgo impregnado del hecho de ser mujer. Muchas de las violaciones de los derechos humanos en todo el mundo son violaciones contra las mujeres, como el terrible problema de la violencia de género, la trata de personas y la discriminación. Entrar en contacto con estos temas, debatirlos abiertamente y alentar a otras mujeres, todo ello fue, creo yo, parte del rol que logré desempeñar. Asimismo, alenté a Kofi Annan, el Secretario General, a designar a una mujer para el puesto de Representante Especial del Secretario General sobre los Defensores de los Derechos Humanos, y la persona designada, quien todavía conserva su mandato, Hina Jilani, ha logrado un éxito tremendo. En su labor respecto de temáticas delicadas, ha contribuido el hecho de ser mujer, porque, por ejemplo, puede reconocer que la violación en tiempos de guerra es un delito gravísimo, entre otros.

iKNOW Politics: Luego de su visita a los campos de refugiados en El Chad en septiembre de 2007, usted lideró un grupo internacional de mujeres estadistas en la elaboración de una carta abierta que condenaba el empleo de la violación y la violencia sexual como arma de guerra en Darfur y demandó su cese. Usted también ha llamado a la participación de la mujer en las negociaciones por la paz. ¿Qué puede hacer la participación política femenina para generar mayor seguridad para las mujeres que quedan atrapadas en un conflicto y para contribuir a eliminar la violencia en su contra?

Me consta que en la actualidad hay suficientes mujeres en puestos de liderazgo a nivel nacional, en organizaciones internacionales, en los negocios y en otras esferas de la comunidad local, y que deberíamos ver más pruebas de que esto ha marcado una diferencia. Por eso, siempre me complace alentar el liderazgo colectivo de las mujeres, particularmente en temas de seguridad humana. En noviembre se llevó a cabo una conferencia en Nueva York organizada por varios grupos, entre los cuales se encontraba el Foro Intercultural de Mujeres Líderes (Women Leaders Intercultural Forum), que opera como parte de Realizing Rights, y también el Consejo de Mujeres Líderes del Mundo (Council of Women World Leaders), el cual presido, y abordamos diferentes aspectos de la seguridad humana, la necesidad de que los gobiernos tomen la responsabilidad que les compete en la protección de lugares como Darfur y el este de El Chad, la inseguridad económica, el impacto del cambio climático, y las dimensiones de género de ese impacto en comunidades pobres.

Éramos conscientes de que estábamos tratando de encontrar una nueva manera de actuar en forma conjunta, y que la visita a El Chad era un ejemplo de ello. Otro ejemplo es nuestro trabajo conjunto en apoyo a Ellen Johnson Sirleaf, en Liberia, no sólo en sus planes de organizar un simposio internacional sobre la seguridad de la mujer allí en Liberia en marzo de 2009, sino también simultáneamente en su labor a favor del empoderamiento de las mujeres y niñas en ese país. Tengo esperanzas de que en el futuro se realicen más visitas a lugares como el este de El Chad, y que haya mayor trabajo empírico colectivo por parte de lideresas a fin de abordar estos problemas.

iKNOW Politics: Usted es miembro del Consejo de Liderazgo para la Coalición Mundial sobre la Mujer y el Sida de las Naciones Unidas. A la luz de la creciente feminización del sida, ¿qué esperanzas hay de que las mujeres con liderazgo político logren dar forma a políticas nacionales a fin de asegurar que se aborde la cuestión de la vulnerabilidad de mujeres y niñas?

Es importante que exista este Consejo de Liderazgo porque la situación es de mucha gravedad. En una conferencia en Nairobi -en julio pasado-, sobre la mujer y el sida, resultó muy significativo el hecho de que había quinientas mujeres presentes que habían contraído el virus. Escuché historias de discriminación, de mujeres echadas de sus propios hogares, y también sobre la vulnerabilidad de las niñas, quienes tienen cuatro, cinco, quizás seis veces más probabilidades de ser seropositivas debido a las relaciones de poder existente y a su imposibilidad de decir “no” en ciertas circunstancias. Me gustaría ver más liderazgo colectivo de mujeres en los grandes temas de salud femenina.

El dato estadístico que no mejora es el de muerte de la madre al dar a luz, poco antes o después del parto. Los altos índices de mortalidad materna son alarmantes y debemos ocuparnos de ello, porque resulta vital para las familias y las comunidades. Necesitamos hacer hincapié en la salud general de la mujer, en la necesidad de salud reproductiva, con especial énfasis en las jóvenes adolescentes. La Coalición Mundial sobre la Mujer y el Sida de la ONU es sólo una de las iniciativas de trabajo cooperativo que necesitamos para abordar la cuestión de la salud de la mujer y que están en proceso de formación.

iKNOW Politics: Propiciar el liderazgo de la mujer es uno de los temas de Realizing Rights: Iniciativa para una Globalización Ética, la organización que usted ha fundado. ¿Cómo hace la Iniciativa para promover este objetivo?

En Realizing Rights hemos puesto la mira en el liderazgo, el liderazgo político, el liderazgo en materia de negocios y, lo que es más importante, el liderazgo de la mujer. Nos hemos centrado particularmente en la necesidad de conectar a lideresas salvando brechas culturales, regionales y generacionales a fin de que las jóvenes líderes sientan que están conectadas entre sí y que tienen la oportunidad de expresar sus perspectivas y de ser oídas. Con ese propósito creamos el Foro Intercultural de Mujeres Líderes, junto con otras organizaciones, que opera en la actualidad como parte de Realizing Rights.

Hemos organizado reuniones en diferentes lugares. Por ejemplo, un encuentro reciente celebrado en Jordania, que contó con el auspicio de la Reina Rania, reunió a lideresas de esa región. También hemos llevado a cabo encuentros en Kenia y fuimos parte de la cumbre que mencioné, anteriormente, acerca del liderazgo de la mujer. Además, estamos muy vinculadas al proyecto de apoyo a Liberia con vistas a la conferencia de 2009. En términos prácticos, hay algo que las mujeres líderes y las personas que forman la Red iKNOW Politics pueden hacer. Cuando alguna de nosotras, que ya estamos establecidas, recibe una invitación a una conferencia, muy a menudo somos las únicas mujeres en el panel, o la única mujer en dirigirse a la audiencia.

Debemos negociar con los organizadores y decirles: “Sé que ustedes cuentan con una sola mujer, pero conozco a muchas mujeres jóvenes, aquí están sus nombres; cualquiera de ellas lo haría muy bien si tuviera la oportunidad de venir”. O bien, decir: “Sé que ustedes no cuentan con paneles que contribuyan a resaltar la dimensión de género”. Ya sea que se trate del cambio climático, la economía mundial o cualquier otro tema, a menudo las conferencias no abordan las dimensiones de género de manera equilibrada. Debemos estar dispuestas a renegociar los términos de la conferencia en sí misma, y estoy convencida de que iKNOW Politics puede hacer mucho al respecto.

iKNOW Politics: Usted es la Presidenta del Consejo de Mujeres Líderes del Mundo, una red formada por mujeres que se desempeñan o se han desempeñado como presidentas o primeras ministras. ¿Qué rol ha cumplido esta red en la creación de una voz colectiva para las mujeres en los puestos más altos de gobierno?

Creo que es de gran utilidad porque se da visibilidad a la mujer que ocupa un cargo en el presente o lo ha ocupado en el pasado. El Consejo de Mujeres Líderes del Mundo participa como uno de los organizadores de una iniciativa de liderazgo ministerial sobre salud que promueve el encuentro de mujeres que se desempeñan al frente de los ministerios de salud. También hemos alentado la formación de otras redes de ministras, tal como la de mujeres al frente de ministerios del medio ambiente, quienes al reunirse en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible en Johannesburgo modificaron la agenda. Advirtieron que la agenda propuesta contenía muy poca perspectiva de género y que, dado que todas ellas eran ministras, estaban facultadas para modificarla.

Contamos con una red más amplia de ministras de asuntos de la mujer y hemos generado encuentros para ministras de comercio e industria. Ahora, tenemos puestos nuestros ojos en la educación. Hay muchas mujeres que se desempeñan al frente del ministerio de educación y queremos trabajar con ellas en los años venideros. Para alentar a otras mujeres hay que convocarlas y también dar a conocer el hecho de que, en realidad, no son pocas las mujeres que han ocupado altos cargos. A veces sorprendo a la audiencia a la que me estoy dirigiendo cuando les pregunto: “¿Cuántas miembros creen ustedes que tiene hoy el Consejo de Mujeres Líderes del Mundo?”. Ya somos más de cuarenta, aunque muchos no lo aprecien como logro. Y cuando digo cuarenta, estoy incluyendo tres invitaciones que espero sean aceptadas.

iKNOW Politics: ¿De qué manera cree usted que la participación en una Red como iKNOW Politics puede colaborar con las mujeres en cargos gubernamentales?

Estoy realmente a favor de propiciar mayores conexiones y más solidaridad entre mujeres que ocupan puestos de responsabilidad. Las mujeres tienden a ejercer el liderazgo de un modo diferente, más tendiente a resolver problemas. Participando en esta Red podemos intercambiar experiencias y respaldarnos, y creo que esto es muy importante. También nos ayuda a compartir información acerca de cómo movilizarnos a nivel mundial, lo cual adquiere cada vez mayor relevancia. Por ejemplo, le pediría a iKNOW Politics que nos ayude a promocionar la campaña para el 2008 “Todo ser humano tiene derechos” (Every Human Has Rights), que hemos lanzado en el recientemente formado grupo “Elders” con Nelson Mandela a la cabeza, conmemorando el sexagésimo aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Cada mes nos concentraremos en un tema diferente, y el lema de marzo será “Toda mujer tiene derechos”.

Lo que pedimos encarecidamente es que todos y todas accedan al sitio, lean la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y firmen el siguiente compromiso: “Me responsabilizo personalmente a respetar y defender los objetivos de la Declaración Universal de Derechos Humanos en mi vida diaria y en mi comunidad”. La razón detrás de esto es nuestro convencimiento de que si cada persona se diera cuenta de que estos derechos son suyos desde que nacen, entonces los gobiernos pondrían más atención en el respeto de los derechos humanos a nivel mundial.

Sería muy bueno que las mujeres fueran parte importante en esta iniciativa. Fue una mujer, Eleanor Roosevelt, la lideresa que reunió a un grupo de abogados para que redactaran la Declaración Universal de los Derechos Humanos y luego la dieran a conocer; de modo que hacemos honor a esta mujer y a su visión de futuro al aprovechar la oportunidad para centrar nuestra atención no sólo en los derechos humanos sino en los derechos de las mujeres, y al asegurar que los derechos de mujeres y niñas sean destacados en la campaña. También hay experiencias prácticas de gobierno que las mujeres pueden y deben compartir entrenando a lideresas jóvenes, y creo que la contribución de iKNOW Politics con estas actividades será fundamental.

iKNOW Politics: ¿Qué consejo compartiría con los(as) miembros de iKNOW Politics, en particular con candidatas y funcionarias, a medida que avanzan en sus carreras políticas?

Es difícil dar un único consejo porque las barreras y dificultades son múltiples: a veces el problema es el financiamiento, otras es encontrar el tiempo necesario, sin descuidar otras responsabilidades, para dedicarse a lograr una nominación como candidata del partido. Lo que definitivamente se requiere es coraje y confianza en una misma. He notado que las mujeres en muchas ocasiones tienen dudas sobre sí mismas, ese sentido de visión y propósito que puede estar dentro de ellas, pero piensan: “¿Quién soy yo para creer que puedo hacer esto?”. Mientras que en los hombres no suelo advertir esa misma actitud dubitativa. Creo que en parte se debe a que las mujeres no estamos aún acostumbradas a estar en posiciones de poder.

Si uno dice Primer Ministro, la gente asume que es un hombre, excepto en circunstancias excepcionales en que se trata de una mujer, y así con muchos otros cargos. Esto me recuerda una broma que comparto con mi sucesora actual, la Presidenta de Irlanda. Como primera mujer presidente, ocupé mi cargo durante siete años y luego, cuando partí hacia las Naciones Unidas, fui sucedida por la actual presidenta Mary McAleese. Ella se desempeñó durante su mandato inicial de siete años y fue reelegida para un segundo mandato. No enfrentó oposición porque venía haciendo una buena labor. A modo de broma, solemos decir que en Irlanda los niños pequeños lloran sobre el regazo de sus madres y dicen: “¿Por qué no puedo ser presidente cuando sea grande?”, porque ya han pasado catorce años, y ahora serán veintiuno, con una mujer como presidente. Ése el punto. Las niñas están acostumbradas a ver que todos los puestos importantes están en manos de hombres, de modo que no está nada mal que los niños tengan dudas de si alguna vez podrán postularse para presidente. Es sólo una broma, pero tiene un trasfondo. No soy de las que creen que las mujeres deben apoyar las candidaturas de mujeres cualquiera sea su calibre, y creo que debemos librarnos de esa idea. No se trata de “tengo que apoyarte porque soy mujer y tú también eres mujer”, pero sí se trata de reconocer que necesitamos muchas más mujeres en posiciones de responsabilidad, por el bien de toda la humanidad, es decir, por el bien de hombres y mujeres.

Y hay mujeres de gran calibre a quienes se les hace difícil llegar debido a las barreras que enfrentan. Es curioso que las mujeres que han logrado altos cargos estén más dispuestas que sus contrapartes varones a admitir los errores que han cometido o a hablar acerca de los problemas que se les presentan. Es como si aún no diéramos por sentado que podemos ser elegidas o que podemos acceder a altos cargos, de modo que cuando esto se hace realidad tenemos la capacidad de monitorear nuestra propia habilidad de hacerlo bien o no. Por eso, les aconsejo que crean en sí mismas y que actúen convencidas de que pueden hacer una contribución válida. Necesitamos más mujeres que hagan ese aporte, así que persistan y obtendrán el apoyo que merecen.

 

 

 

Día de la entrevista
Región
ex Presidente de Irlanda (1990-1997) y Alta Comisaria de ONU para Los Derechos Humanos (1997-2002)