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Regina Musokotwane

Entrevistas

Enviado por iKNOW Politics el
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July 3, 2009

Regina Musokotwane

Miembro del Parlamento de Zambia

"La lección que yo he aprendido es que se debe escuchar a las personas. Hay algunos líderes que piensan que lo saben todo, y siempre están diciéndole a la gente lo que ellos quieren hacer. Yo escucho a mi gente". - Regina Musokotwane

iKNOW Politics: Usted es miembro del Parlamento y presidenta de la Liga de Mujeres (caucus). ¿Cómo la ayuda su formación y su experiencia como profesora a enfrentar los retos de su actual cargo?

Como docente, tenía el reto de enseñar a niños de diferentes procedencias y eso me hizo pensar que no debía ser así. Aunque enseñaba en el área urbana —porque era casada— y pasaba ahí la mayor parte del tiempo, yo crecí en el área rural; y como mi mente estaba en el campo, regresé al pueblo para ver cómo estaba viviendo la gente. Mi esposo se unió a la política en 1973, cuando se hizo miembro del Parlamento. Lo ayudé en su circunscripción, mientras me dedicaba a la enseñanza. Durante las vacaciones, iba con él a su circunscripción y veía a las mujeres sufriendo en las clínicas. En 1996, cuando mi esposo falleció, la gente venía para pedirme que tomara su lugar en la circunscripción, pero en ese entonces dije que no porque todavía era una servidora pública. En 1999 solicité mi retiro, aunque todavía no había cumplido la edad para hacerlo. Le informé al gobierno que quería participar en política, así que me dejaron libre. Como yo acostumbraba acompañar a mi marido, vi lo que hizo: construyó escuelas, construyó clínicas.

En la medida en que el trabajo de otros parlamentarios no estableció una gran diferencia respecto a la época en que estuvo presente mi esposo, pensé: «Si entro en la política, podría comenzar en el punto en que se quedó mi esposo». Este es mi segundo período y pienso que he marcado una diferencia, porque ahora en mi circunscripción tenemos una escuela secundaria, de la que carecíamos desde la independencia. Ahora estamos construyendo un centro de entrenamiento juvenil, que nunca tuvimos. Siendo una circunscripción rural, nuestros niveles de analfabetismo son altos. Además, muchas escuelas terminan ya sea en el séptimo o en el noveno grado, y los niños no podían seguir estudiando porque no teníamos escuela secundaria. Ahora tenemos esta escuela adonde pueden acudir los chicos. Los que terminan el séptimo o el noveno grado, también pueden ir a entrenarse en el centro juvenil en carpintería, albañilería, agricultura. Y por tanto, pueden ser independientes. Creo que he logrado algo, aunque para sentirme cómoda, aspiro a que tengamos dos escuelas secundarias más.

iKNOW Politics: ¿Cuál es la situación de las mujeres de Zambia que participan en política? ¿Usted enfrentó retos particulares por ser mujer? Si fue así, ¿cómo los superó?

La única forma de superar los retos es ir de frente, sin dudar. No puedes detenerte a pensar en lo que tus contrapartes hombres están diciendo. Cuando me uní a la política en el 2000, éramos ocho candidatos: seis hombres y dos mujeres; una de ellas era yo y la otra era miembro titular del Parlamento. Yo fui la que realmente enfrentó el reto. Opté por ignorar lo que decían los hombres, que llegaron a murmurar: «¿Sabes? Ella es viuda, y es la que mató a su esposo». Como le explico a la gente, para mí el tema no es quién sino por qué. Mi participación en la política se debe a que yo quiero ayudar a las personas.

Sé cuáles son sus problemas porque he vivido con ellas. Muchos de los hombres que se presentaron como candidatos vinieron de la ciudad, de lugares donde tienen agua potable, electricidad; sus hijos van a buenas escuelas, con buenos maestros. ¿Cómo van a poder ayudar a las personas que carecen de todos esos servicios? No han vivido con ellas, no saben cómo es el sentimiento. Entonces, les digo a ellos: «Es mejor tener a una mujer que a un hombre como miembro del Parlamento, porque una mujer va a sentir por la otra mujer». Si ustedes vivieran en mi circunscripción, sabrían que hay mujeres que se levantan a las 4 de la mañana para traer agua y no regresan hasta las 10 u 11.

iKNOW Politics: Este es su segundo período en el Parlamento y usted es la vicepresidenta de la Comisión Constitucional. ¿Cree que su estilo de liderazgo ha cambiado desde la época en que acompañaba a su esposo antes de que fuera elegido?

No creo que haya cambiado mi estilo de liderazgo, porque todavía soy la misma persona. Si mi estilo de liderazgo cambiara, podría cometer un error, dejar de hacer lo que mis votantes quieren. Para mantener la confianza de mi electorado, tengo que ser la misma persona. No necesito cambiar en absoluto, y creo que eso ha resultado.

iKNOW Politics: Si pudiera aconsejar a una mujer joven que está empezando en la política, ¿qué lecciones compartiría con ella?

La lección que yo he aprendido es que se debe escuchar a las personas. Hay algunos líderes que piensan que lo saben todo, y siempre están diciéndole a la gente lo que ellos quieren hacer. Yo escucho a mi gente. Cada vez que el Parlamento entra en receso, recorro mi circunscripción para escuchar lo que la gente quiere y para explicarles por qué lo que me pidieron antes no está hecho aún. Tengo que darles explicaciones, tiene que haber una retroalimentación de mi parte hacia ellos. Esa es una cosa, visito a la gente y la escucho. Segundo, cuando la gente me habla, tengo que ir al Parlamento e informarle qué dice la gente, qué quiere la gente. Así es como llegué a conseguir este centro de entrenamiento juvenil y la escuela secundaria.

Entonces, te pones en el nivel de las personas y ellas no dicen: «No, nuestra parlamentaria está ahí arriba, no nos podemos acercar a ella, no podemos hablarle». Para ser accesible a las personas, necesito ponerme en su nivel. Esa es la única forma en que puedo entender lo que ellas dicen y ellas pueden entender lo que yo les estoy diciendo. Cuando les hablo, necesito referirme a los temas que las afectan, no a los temas que he visto en otros lugares. Entonces, si hay mujeres que quieren unirse a la política, es muy importante que escuchen lo que quiere la gente. No deberían hacer lo que piensan que quiere la gente, sino lo que quiere la gente. En segundo lugar, tienen que ponerse en el nivel del electorado y deben empezar a tiempo. La mayoría de las mujeres que entraron en la política empezaron cuando se disolvió el gobierno. Entonces, no es fácil para una mujer. Si tienen planes de acceder al Parlamento, tienen que empezar dos o tres años antes. De ser posible, cinco años antes necesitan empezar a ir a esas circunscripciones a identificarse con la gente, a pasar con ella la mayor parte del tiempo, a tratar de ayudarla cuando lo necesite.

Yo fui a mi circunscripción cuando todavía era una servidora pública, dos años antes de retirarme. En ese tiempo, a los servidores públicos no se les permitía participar en política. Construí un equipo y les di a sus miembros todas las facilidades que necesitaban, y durante dos años ellos estuvieron recorriendo la circunscripción, hablando sobre mí, de lo que podía hacer. En el momento en que me retiré, casi todo el trabajo estaba hecho. Esto es lo que las jóvenes mujeres deberían hacer. No deberían esperar hasta el último minuto porque tenemos un problema como mujeres: no tenemos muchos recursos. Los hombres tienen mucho dinero para sobornar y comprar, pero nosotras necesitamos empezar a tiempo. En dos, tres años, la gente puede llegar a conocer qué clase de persona eres. Incluso si un hombre entrega cantidades y cantidades de dinero, las personas sabrán que él solo está comprándolas y optarán por la mujer. Las mujeres jóvenes que quieren participar en política necesitan empezar antes que los hombres empiecen, necesitan ponerse en el nivel del electorado y escuchar a la gente. Siempre les digo a mis votantes: «El hecho de que ustedes hayan votado por mí no significa que yo sea más inteligente que todos ustedes o que lo sepa todo. No, su cerebro y mi cerebro juntos sirven para hacer algo».

iKNOW Politics: Usted es presidenta de la Liga de Mujeres. ¿Cómo cree que el apoyo de otras mujeres la ha ayudado en su carrera?

En el último Parlamento, fui secretaria de la liga, y en este soy la presidenta. Nos reunimos regularmente con las otras integrantes del Parlamento para compartir información; de hecho, queríamos visitar las circunscripciones de cada una, pero lamentablemente, para nosotras los fondos son restringidos, porque no somos un comité parlamentario y no estamos financiadas por el Parlamento. Tenemos que buscar los fondos en otros lugares. Entonces, queremos colaborar yendo a nuestras circunscripciones, ayudándonos las unas a las otras a hacer nuestras campañas. No hemos parado de buscar fondos, estamos todavía buscándolos. También vamos a muchos talleres y escribimos reportes para las otras parlamentarias, para que ellas, de acuerdo con el reporte, decidan qué pueden hacer en nuestras circunscripciones.

iKNOW Politics: ¿Se siente orgullosa de algo que haya podido lograr para las mujeres a través de su trabajo en política?

Lo que realmente he logrado para las mujeres en mi circunscripción es la escuela secundaria, porque a muchos niños no les quedaba otra alternativa que casarse después del séptimo grado. Ahora, con la construcción de la escuela, ellos van y completan su educación secundaria. La construcción del centro de entrenamiento juvenil también, porque aun aquellos que no logran acceder a una educación de buen nivel, encontrarán ahí algo que hacer; y me voy a asegurar de que el porcentaje sea 50-50: la mitad niñas y la otra mitad niños. Yo les informé a los miembros del gobierno —mientras el ministro de Educación se estaba riendo— que cuando la escuela secundaria estuviera terminada, no se iba a permitir la matrícula de ningún niño que viviera fuera de la circunscripción hasta que todos los niños que viven aquí tuvieran su lugar asegurado; recién después podremos pensar en niños de otras circunscripciones.

Pienso que este es un logro para las mujeres y voy a presionar al ministro para que por lo menos 50% de las inscritas sean niñas; estoy segura de que eso se puede hacer. Otro de mis logros es que, antes de ser miembro del Parlamento, pertenecí a una organización de mujeres llamada Foro para la Educación de las Mujeres en Zambia; se trata de una organización global que tiene oficinas en Nairobi. Nosotros presionamos al gobierno para que, en el caso de las niñas escolares que resultan embarazadas, ellas cuenten con una segunda oportunidad. Ahora, esta medida es política en Zambia. Si una niña queda embarazada mientras está estudiando en la escuela, ella puede dar a luz y regresar, y todas las directoras saben que la tienen que reincorporar a su lugar en la escuela. Eso es algo de lo que estoy muy orgullosa.

 

 

 

Día de la entrevista
Región
Miembro del Parlamento de Zambia

"La lección que yo he aprendido es que se debe escuchar a las personas. Hay algunos líderes que piensan que lo saben todo, y siempre están diciéndole a la gente lo que ellos quieren hacer. Yo escucho a mi gente". - Regina Musokotwane

iKNOW Politics: Usted es miembro del Parlamento y presidenta de la Liga de Mujeres (caucus). ¿Cómo la ayuda su formación y su experiencia como profesora a enfrentar los retos de su actual cargo?

Como docente, tenía el reto de enseñar a niños de diferentes procedencias y eso me hizo pensar que no debía ser así. Aunque enseñaba en el área urbana —porque era casada— y pasaba ahí la mayor parte del tiempo, yo crecí en el área rural; y como mi mente estaba en el campo, regresé al pueblo para ver cómo estaba viviendo la gente. Mi esposo se unió a la política en 1973, cuando se hizo miembro del Parlamento. Lo ayudé en su circunscripción, mientras me dedicaba a la enseñanza. Durante las vacaciones, iba con él a su circunscripción y veía a las mujeres sufriendo en las clínicas. En 1996, cuando mi esposo falleció, la gente venía para pedirme que tomara su lugar en la circunscripción, pero en ese entonces dije que no porque todavía era una servidora pública. En 1999 solicité mi retiro, aunque todavía no había cumplido la edad para hacerlo. Le informé al gobierno que quería participar en política, así que me dejaron libre. Como yo acostumbraba acompañar a mi marido, vi lo que hizo: construyó escuelas, construyó clínicas.

En la medida en que el trabajo de otros parlamentarios no estableció una gran diferencia respecto a la época en que estuvo presente mi esposo, pensé: «Si entro en la política, podría comenzar en el punto en que se quedó mi esposo». Este es mi segundo período y pienso que he marcado una diferencia, porque ahora en mi circunscripción tenemos una escuela secundaria, de la que carecíamos desde la independencia. Ahora estamos construyendo un centro de entrenamiento juvenil, que nunca tuvimos. Siendo una circunscripción rural, nuestros niveles de analfabetismo son altos. Además, muchas escuelas terminan ya sea en el séptimo o en el noveno grado, y los niños no podían seguir estudiando porque no teníamos escuela secundaria. Ahora tenemos esta escuela adonde pueden acudir los chicos. Los que terminan el séptimo o el noveno grado, también pueden ir a entrenarse en el centro juvenil en carpintería, albañilería, agricultura. Y por tanto, pueden ser independientes. Creo que he logrado algo, aunque para sentirme cómoda, aspiro a que tengamos dos escuelas secundarias más.

iKNOW Politics: ¿Cuál es la situación de las mujeres de Zambia que participan en política? ¿Usted enfrentó retos particulares por ser mujer? Si fue así, ¿cómo los superó?

La única forma de superar los retos es ir de frente, sin dudar. No puedes detenerte a pensar en lo que tus contrapartes hombres están diciendo. Cuando me uní a la política en el 2000, éramos ocho candidatos: seis hombres y dos mujeres; una de ellas era yo y la otra era miembro titular del Parlamento. Yo fui la que realmente enfrentó el reto. Opté por ignorar lo que decían los hombres, que llegaron a murmurar: «¿Sabes? Ella es viuda, y es la que mató a su esposo». Como le explico a la gente, para mí el tema no es quién sino por qué. Mi participación en la política se debe a que yo quiero ayudar a las personas.

Sé cuáles son sus problemas porque he vivido con ellas. Muchos de los hombres que se presentaron como candidatos vinieron de la ciudad, de lugares donde tienen agua potable, electricidad; sus hijos van a buenas escuelas, con buenos maestros. ¿Cómo van a poder ayudar a las personas que carecen de todos esos servicios? No han vivido con ellas, no saben cómo es el sentimiento. Entonces, les digo a ellos: «Es mejor tener a una mujer que a un hombre como miembro del Parlamento, porque una mujer va a sentir por la otra mujer». Si ustedes vivieran en mi circunscripción, sabrían que hay mujeres que se levantan a las 4 de la mañana para traer agua y no regresan hasta las 10 u 11.

iKNOW Politics: Este es su segundo período en el Parlamento y usted es la vicepresidenta de la Comisión Constitucional. ¿Cree que su estilo de liderazgo ha cambiado desde la época en que acompañaba a su esposo antes de que fuera elegido?

No creo que haya cambiado mi estilo de liderazgo, porque todavía soy la misma persona. Si mi estilo de liderazgo cambiara, podría cometer un error, dejar de hacer lo que mis votantes quieren. Para mantener la confianza de mi electorado, tengo que ser la misma persona. No necesito cambiar en absoluto, y creo que eso ha resultado.

iKNOW Politics: Si pudiera aconsejar a una mujer joven que está empezando en la política, ¿qué lecciones compartiría con ella?

La lección que yo he aprendido es que se debe escuchar a las personas. Hay algunos líderes que piensan que lo saben todo, y siempre están diciéndole a la gente lo que ellos quieren hacer. Yo escucho a mi gente. Cada vez que el Parlamento entra en receso, recorro mi circunscripción para escuchar lo que la gente quiere y para explicarles por qué lo que me pidieron antes no está hecho aún. Tengo que darles explicaciones, tiene que haber una retroalimentación de mi parte hacia ellos. Esa es una cosa, visito a la gente y la escucho. Segundo, cuando la gente me habla, tengo que ir al Parlamento e informarle qué dice la gente, qué quiere la gente. Así es como llegué a conseguir este centro de entrenamiento juvenil y la escuela secundaria.

Entonces, te pones en el nivel de las personas y ellas no dicen: «No, nuestra parlamentaria está ahí arriba, no nos podemos acercar a ella, no podemos hablarle». Para ser accesible a las personas, necesito ponerme en su nivel. Esa es la única forma en que puedo entender lo que ellas dicen y ellas pueden entender lo que yo les estoy diciendo. Cuando les hablo, necesito referirme a los temas que las afectan, no a los temas que he visto en otros lugares. Entonces, si hay mujeres que quieren unirse a la política, es muy importante que escuchen lo que quiere la gente. No deberían hacer lo que piensan que quiere la gente, sino lo que quiere la gente. En segundo lugar, tienen que ponerse en el nivel del electorado y deben empezar a tiempo. La mayoría de las mujeres que entraron en la política empezaron cuando se disolvió el gobierno. Entonces, no es fácil para una mujer. Si tienen planes de acceder al Parlamento, tienen que empezar dos o tres años antes. De ser posible, cinco años antes necesitan empezar a ir a esas circunscripciones a identificarse con la gente, a pasar con ella la mayor parte del tiempo, a tratar de ayudarla cuando lo necesite.

Yo fui a mi circunscripción cuando todavía era una servidora pública, dos años antes de retirarme. En ese tiempo, a los servidores públicos no se les permitía participar en política. Construí un equipo y les di a sus miembros todas las facilidades que necesitaban, y durante dos años ellos estuvieron recorriendo la circunscripción, hablando sobre mí, de lo que podía hacer. En el momento en que me retiré, casi todo el trabajo estaba hecho. Esto es lo que las jóvenes mujeres deberían hacer. No deberían esperar hasta el último minuto porque tenemos un problema como mujeres: no tenemos muchos recursos. Los hombres tienen mucho dinero para sobornar y comprar, pero nosotras necesitamos empezar a tiempo. En dos, tres años, la gente puede llegar a conocer qué clase de persona eres. Incluso si un hombre entrega cantidades y cantidades de dinero, las personas sabrán que él solo está comprándolas y optarán por la mujer. Las mujeres jóvenes que quieren participar en política necesitan empezar antes que los hombres empiecen, necesitan ponerse en el nivel del electorado y escuchar a la gente. Siempre les digo a mis votantes: «El hecho de que ustedes hayan votado por mí no significa que yo sea más inteligente que todos ustedes o que lo sepa todo. No, su cerebro y mi cerebro juntos sirven para hacer algo».

iKNOW Politics: Usted es presidenta de la Liga de Mujeres. ¿Cómo cree que el apoyo de otras mujeres la ha ayudado en su carrera?

En el último Parlamento, fui secretaria de la liga, y en este soy la presidenta. Nos reunimos regularmente con las otras integrantes del Parlamento para compartir información; de hecho, queríamos visitar las circunscripciones de cada una, pero lamentablemente, para nosotras los fondos son restringidos, porque no somos un comité parlamentario y no estamos financiadas por el Parlamento. Tenemos que buscar los fondos en otros lugares. Entonces, queremos colaborar yendo a nuestras circunscripciones, ayudándonos las unas a las otras a hacer nuestras campañas. No hemos parado de buscar fondos, estamos todavía buscándolos. También vamos a muchos talleres y escribimos reportes para las otras parlamentarias, para que ellas, de acuerdo con el reporte, decidan qué pueden hacer en nuestras circunscripciones.

iKNOW Politics: ¿Se siente orgullosa de algo que haya podido lograr para las mujeres a través de su trabajo en política?

Lo que realmente he logrado para las mujeres en mi circunscripción es la escuela secundaria, porque a muchos niños no les quedaba otra alternativa que casarse después del séptimo grado. Ahora, con la construcción de la escuela, ellos van y completan su educación secundaria. La construcción del centro de entrenamiento juvenil también, porque aun aquellos que no logran acceder a una educación de buen nivel, encontrarán ahí algo que hacer; y me voy a asegurar de que el porcentaje sea 50-50: la mitad niñas y la otra mitad niños. Yo les informé a los miembros del gobierno —mientras el ministro de Educación se estaba riendo— que cuando la escuela secundaria estuviera terminada, no se iba a permitir la matrícula de ningún niño que viviera fuera de la circunscripción hasta que todos los niños que viven aquí tuvieran su lugar asegurado; recién después podremos pensar en niños de otras circunscripciones.

Pienso que este es un logro para las mujeres y voy a presionar al ministro para que por lo menos 50% de las inscritas sean niñas; estoy segura de que eso se puede hacer. Otro de mis logros es que, antes de ser miembro del Parlamento, pertenecí a una organización de mujeres llamada Foro para la Educación de las Mujeres en Zambia; se trata de una organización global que tiene oficinas en Nairobi. Nosotros presionamos al gobierno para que, en el caso de las niñas escolares que resultan embarazadas, ellas cuenten con una segunda oportunidad. Ahora, esta medida es política en Zambia. Si una niña queda embarazada mientras está estudiando en la escuela, ella puede dar a luz y regresar, y todas las directoras saben que la tienen que reincorporar a su lugar en la escuela. Eso es algo de lo que estoy muy orgullosa.

 

 

 

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Miembro del Parlamento de Zambia