“Si me hubiera quedado en Irán, ahora mismo estaría en la cárcel. Y habría recibido 74 latigazos”, cuenta Shadi Sadr (Teherán, 1974), abogada y activista por los derechos de la mujer. Hace seis años, con la certeza de que irían a detenerla, cogió a su hija, que ahora tiene 15 años, y abandonó su país. Ahora vive en Londres, donde fundó una organización, Justice for Iran, que vela por las minorías sexuales, étnicas y religiosas.
Para leer el articulo publicado el 11 de Abril del 2015, por favor haga clic aquí.
“Si me hubiera quedado en Irán, ahora mismo estaría en la cárcel. Y habría recibido 74 latigazos”, cuenta Shadi Sadr (Teherán, 1974), abogada y activista por los derechos de la mujer. Hace seis años, con la certeza de que irían a detenerla, cogió a su hija, que ahora tiene 15 años, y abandonó su país. Ahora vive en Londres, donde fundó una organización, Justice for Iran, que vela por las minorías sexuales, étnicas y religiosas.
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