Justo cuando finalizan las actividades del Congreso chileno, que en febrero entra en receso por las vacaciones de verano, la Administración de Michelle Bachelet ha conseguido cumplir con su promesa de presentar un proyecto de ley de aborto antes del 31 de enero, una de las reformas emblemáticas de su programa de Gobierno. En uno de los pocos países del mundo donde la interrupción del embarazo es perseguido en todas sus causales, la mandataria socialista ha firmado este sábado la iniciativa que deberá ser discutida desde marzo en el Parlamento y que lo pretende despenalizar en tres supuestos: riesgo vital de la madre, embrión o feto incompatible con la vida y violación.
Para leer el artículo publicado el 1 de Febrero de 2015, por favor haga clic aquí.
Justo cuando finalizan las actividades del Congreso chileno, que en febrero entra en receso por las vacaciones de verano, la Administración de Michelle Bachelet ha conseguido cumplir con su promesa de presentar un proyecto de ley de aborto antes del 31 de enero, una de las reformas emblemáticas de su programa de Gobierno. En uno de los pocos países del mundo donde la interrupción del embarazo es perseguido en todas sus causales, la mandataria socialista ha firmado este sábado la iniciativa que deberá ser discutida desde marzo en el Parlamento y que lo pretende despenalizar en tres supuestos: riesgo vital de la madre, embrión o feto incompatible con la vida y violación.
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