Desde los años sesenta, Ann Phillips habla de lo incongruente que ha sido que los blancos representen en los congresos, a los negros; los hombres, a las mujeres; los mestizos, a los indígenas. Reclama, desde entonces, una política de la presencia.
Para lograrlo han sido necesarias, y muy efectivas, las cuotas, especialmente en México, en el caso de las mujeres (aunque nos tardamos años en alcanzar más de 30% de presencia femenina). Pero, evidentemente, no basta para que la situación de subordinación en la que viven sea modificada. Por supuesto, además de la voluntad de las propias mujeres para dejar ese estado de “dependencia”, son urgentes políticas públicas que atiendan, de manera eficiente, eso que se ha llamado “intereses de las mujeres”.
Invitamos a nuestros usuarios a que lean el artículo completo publicado el 23 de agosto del 2013
Desde los años sesenta, Ann Phillips habla de lo incongruente que ha sido que los blancos representen en los congresos, a los negros; los hombres, a las mujeres; los mestizos, a los indígenas. Reclama, desde entonces, una política de la presencia.
Para lograrlo han sido necesarias, y muy efectivas, las cuotas, especialmente en México, en el caso de las mujeres (aunque nos tardamos años en alcanzar más de 30% de presencia femenina). Pero, evidentemente, no basta para que la situación de subordinación en la que viven sea modificada. Por supuesto, además de la voluntad de las propias mujeres para dejar ese estado de “dependencia”, son urgentes políticas públicas que atiendan, de manera eficiente, eso que se ha llamado “intereses de las mujeres”.
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