Şafak Pavey-Haciendo historia : construyendo una cultura de derechos
Como joven artista turca, se embarcó en un viaje de autodescubrimiento mientras asistía a la escuela de cine y arte en Zúrich, Suiza. Convencida de su suerte al poder estudiar en el extranjero, la joven sintió el deseo de aprovechar cada oportunidad que podía, incluyendo la de explorar el campo. En las zigzagueantes vías del tren durante ese viaje, perdió un brazo y una pierna en un abrupto y terrible accidente ferroviario. Éste se transformó en uno de los momentos decisivos de su vida. Şafak Pavey escogió ver en el accidente una oportunidad para adaptarse a las nuevas circunstancias con coraje y determinación. Un año después del accidente, se mudó a Londres y allí culminó sus estudios de posgrado con la esperanza de trabajar en el ámbito del desarrollo y la política internacional para ayudar a otras personas que habían atravesado un desafío incluso más difícil que el suyo.
Hoy es la primera mujer con discapacidad representante parlamentaria en Turquía. Con profundo agradecimiento hacia su madre y su padre por el intenso e inagotable apoyo que le brindaron, dice que una de sus primeras metas fue trabajar con quienes sufrían más discriminación que ella: la población armenio-turca. Como la primera columnista turca de una publicación armenio-turca bilingüe, escribió dilatadamente sobre los derechos civiles y la eliminación del trato injusto hacia las personas armenias en la esfera pública y privada. Junto a su madre, una reconocida periodista, escribió el libro superventas “Platform Number 13” [Vía Número 13]. Durante varios años, Pavey prestó servicios en zonas de conflicto para la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), e incluso se desempeñó como portavoz de ACNUR para Europa Central. Tiene el orgullo de haber presidido el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, donde todavía hoy presta funciones.
Como una forma de alimentar su pasión por la escritura, produjo dos libros más como gerente editorial del libro "Refugee Rights in Iran” [Los derechos de las personas refugiadas en Irán] de Shirin Ebadi, premio Nobel de la Paz, , y ha sido galardonada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos con el Premio Internacional a las Mujeres Coraje por su quehacer internacional. Cuando otro representante parlamentario declaró públicamente que ella "sonreía demasiado", un acto en ocasiones percibido como inapropiado para las mujeres en Turquía, Pavey subrayó la importancia de aferrarse a la comedia y la risa como elementos cruciales de supervivencia.
Luego de 15 años en el extranjero, Pavey decidió retornar a su país como voz del laicismo y los derechos de la naturaleza, expresión acuñada para destacar la importancia de la protección ambiental. Como candidata al Parlamento turco, resultó electa en 2011 y desde entonces ha propugnado la igualdad para todas las personas, independientemente de la raza, la religión, el credo o el género. Aquí nos habla de los momentos de su trayectoria que le cambiaron la vida.
¿Cuáles cree que han sido los factores más importantes que le han ayudado a llegar donde se encuentra actualmente?
He sufrido doble discriminación por ser una persona con discapacidad y por ser mujer, pero eso me ha dado la oportunidad de cambiarlo. Yo ya tenía la brújula que representan los derechos y las libertades universales, pero [por mi accidente] me di cuenta de que la discriminación padecida por las mujeres con discapacidad era mucho mayor. Quiero expresar mi gratitud a quienes antes que nosotras lucharon por estas oportunidades. Además creo que el crecer rodeada de los milagros de la naturaleza, levantarme temprano y recolectar huevos y bayas para el desayuno, me ayudó a comprender la confluencia de los derechos humanos y los derechos de la naturaleza y cuán importante es defenderlos por igual.
¿Cuáles son algunos de los desafíos que enfrentan hoy las mujeres?
En algunas sociedades tradicionalistas, las mujeres son controladas a través de la sexualidad. Si no transformamos la cultura dominante de la percepción de “castidad” impuesta sobre la mayoría de las mujeres en la sociedad, entonces no podemos crear “ejemplos sólidos de mujer” con apenas un puñado de mujeres sobresalientes en la cima. Y este abismo entre ambos grupos se torna tan profundo que la mayoría termina envuelta por valores que son desconocidos para la minoría. Esto se convierte en una amenaza para la vida moderna, pues ignora el desarrollo o el progreso en cualquier sentido. Sin embargo, cuando miramos en su totalidad el siglo que transcurrimos, vemos que las sociedades cerradas en realidad no luchan contra los crímenes inmorales que lesionan la dignidad humana, como el incesto, la violación... Ni siguiera se les incluye en las estadísticas del país. Y para cambiar eso es que estamos trabajando ahora.
¿Cuáles fueron los mayores obstáculos a los que se enfrentó para alcanzar sus metas profesionales?
El costo físico del accidente no fue el principal obstáculo; sí lo fue, en cambio, trabajar en el ámbito internacional. Enfrenté prejuicios y la creencia de que una mujer con discapacidad no podía trabajar en una zona de conflicto. Años después de mi accidente, en 2003, descubrí que no había sido designada para una operación humanitaria en Bagdad. Me apresuré hasta la oficina de mi jefe y me ofrecí como voluntaria para la misión en Iraq. ‘‘Tú ya tienes el peso de la prótesis’’, respondió él. ‘‘¿Cómo le sumarás otros 30 kilos del chaleco y el casco de protección a todo eso?’’ Le repliqué, ‘‘No podría explicarle a mi madre que no trabajé en la operación humanitaria en Iraq”.
Me lanzó una mirada de sorpresa y compasión y dijo ‘‘la primera vez en toda mi vida que escucho que una madre desea que su hija trabaje en una zona de guerra’’.
El relato es gracioso, pero sé que cuando luchas en la vanguardia del cambio contra los prejuicios, estos se evaporan. El nuevo mundo audaz está definido por valores de coraje y, más que obstáculos, crea oportunidades para las mujeres que persiguen sus objetivos.
¿Qué mensaje transmitiría a otras mujeres y niñas que puedan sentirse inspiradas por su trayectoria y sus logros?
Participen en las luchas humanas comunes. Intenten ser un alivio para las dificultades de otras personas. Los problemas propios se tornan menos importantes cuando lo hacemos y ésa es una gran forma de involucrarnos con el mundo.
Como joven artista turca, se embarcó en un viaje de autodescubrimiento mientras asistía a la escuela de cine y arte en Zúrich, Suiza. Convencida de su suerte al poder estudiar en el extranjero, la joven sintió el deseo de aprovechar cada oportunidad que podía, incluyendo la de explorar el campo. En las zigzagueantes vías del tren durante ese viaje, perdió un brazo y una pierna en un abrupto y terrible accidente ferroviario. Éste se transformó en uno de los momentos decisivos de su vida. Şafak Pavey escogió ver en el accidente una oportunidad para adaptarse a las nuevas circunstancias con coraje y determinación. Un año después del accidente, se mudó a Londres y allí culminó sus estudios de posgrado con la esperanza de trabajar en el ámbito del desarrollo y la política internacional para ayudar a otras personas que habían atravesado un desafío incluso más difícil que el suyo.
Hoy es la primera mujer con discapacidad representante parlamentaria en Turquía. Con profundo agradecimiento hacia su madre y su padre por el intenso e inagotable apoyo que le brindaron, dice que una de sus primeras metas fue trabajar con quienes sufrían más discriminación que ella: la población armenio-turca. Como la primera columnista turca de una publicación armenio-turca bilingüe, escribió dilatadamente sobre los derechos civiles y la eliminación del trato injusto hacia las personas armenias en la esfera pública y privada. Junto a su madre, una reconocida periodista, escribió el libro superventas “Platform Number 13” [Vía Número 13]. Durante varios años, Pavey prestó servicios en zonas de conflicto para la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), e incluso se desempeñó como portavoz de ACNUR para Europa Central. Tiene el orgullo de haber presidido el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, donde todavía hoy presta funciones.
Como una forma de alimentar su pasión por la escritura, produjo dos libros más como gerente editorial del libro "Refugee Rights in Iran” [Los derechos de las personas refugiadas en Irán] de Shirin Ebadi, premio Nobel de la Paz, , y ha sido galardonada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos con el Premio Internacional a las Mujeres Coraje por su quehacer internacional. Cuando otro representante parlamentario declaró públicamente que ella "sonreía demasiado", un acto en ocasiones percibido como inapropiado para las mujeres en Turquía, Pavey subrayó la importancia de aferrarse a la comedia y la risa como elementos cruciales de supervivencia.
Luego de 15 años en el extranjero, Pavey decidió retornar a su país como voz del laicismo y los derechos de la naturaleza, expresión acuñada para destacar la importancia de la protección ambiental. Como candidata al Parlamento turco, resultó electa en 2011 y desde entonces ha propugnado la igualdad para todas las personas, independientemente de la raza, la religión, el credo o el género. Aquí nos habla de los momentos de su trayectoria que le cambiaron la vida.
¿Cuáles cree que han sido los factores más importantes que le han ayudado a llegar donde se encuentra actualmente?
He sufrido doble discriminación por ser una persona con discapacidad y por ser mujer, pero eso me ha dado la oportunidad de cambiarlo. Yo ya tenía la brújula que representan los derechos y las libertades universales, pero [por mi accidente] me di cuenta de que la discriminación padecida por las mujeres con discapacidad era mucho mayor. Quiero expresar mi gratitud a quienes antes que nosotras lucharon por estas oportunidades. Además creo que el crecer rodeada de los milagros de la naturaleza, levantarme temprano y recolectar huevos y bayas para el desayuno, me ayudó a comprender la confluencia de los derechos humanos y los derechos de la naturaleza y cuán importante es defenderlos por igual.
¿Cuáles son algunos de los desafíos que enfrentan hoy las mujeres?
En algunas sociedades tradicionalistas, las mujeres son controladas a través de la sexualidad. Si no transformamos la cultura dominante de la percepción de “castidad” impuesta sobre la mayoría de las mujeres en la sociedad, entonces no podemos crear “ejemplos sólidos de mujer” con apenas un puñado de mujeres sobresalientes en la cima. Y este abismo entre ambos grupos se torna tan profundo que la mayoría termina envuelta por valores que son desconocidos para la minoría. Esto se convierte en una amenaza para la vida moderna, pues ignora el desarrollo o el progreso en cualquier sentido. Sin embargo, cuando miramos en su totalidad el siglo que transcurrimos, vemos que las sociedades cerradas en realidad no luchan contra los crímenes inmorales que lesionan la dignidad humana, como el incesto, la violación... Ni siguiera se les incluye en las estadísticas del país. Y para cambiar eso es que estamos trabajando ahora.
¿Cuáles fueron los mayores obstáculos a los que se enfrentó para alcanzar sus metas profesionales?
El costo físico del accidente no fue el principal obstáculo; sí lo fue, en cambio, trabajar en el ámbito internacional. Enfrenté prejuicios y la creencia de que una mujer con discapacidad no podía trabajar en una zona de conflicto. Años después de mi accidente, en 2003, descubrí que no había sido designada para una operación humanitaria en Bagdad. Me apresuré hasta la oficina de mi jefe y me ofrecí como voluntaria para la misión en Iraq. ‘‘Tú ya tienes el peso de la prótesis’’, respondió él. ‘‘¿Cómo le sumarás otros 30 kilos del chaleco y el casco de protección a todo eso?’’ Le repliqué, ‘‘No podría explicarle a mi madre que no trabajé en la operación humanitaria en Iraq”.
Me lanzó una mirada de sorpresa y compasión y dijo ‘‘la primera vez en toda mi vida que escucho que una madre desea que su hija trabaje en una zona de guerra’’.
El relato es gracioso, pero sé que cuando luchas en la vanguardia del cambio contra los prejuicios, estos se evaporan. El nuevo mundo audaz está definido por valores de coraje y, más que obstáculos, crea oportunidades para las mujeres que persiguen sus objetivos.
¿Qué mensaje transmitiría a otras mujeres y niñas que puedan sentirse inspiradas por su trayectoria y sus logros?
Participen en las luchas humanas comunes. Intenten ser un alivio para las dificultades de otras personas. Los problemas propios se tornan menos importantes cuando lo hacemos y ésa es una gran forma de involucrarnos con el mundo.