Pasar al contenido principal

El alto precio de ser mujer en la política: violencia, resistencia y lucha por la igualdad

Noticias del mundo

Submitted by Editor on
Back

El alto precio de ser mujer en la política: violencia, resistencia y lucha por la igualdad

Source: El Nacional

Antes, durante o después… sea que apenas se está iniciando en la organización política, sea que logró ser candidata o que ya fue electa para ocupar un nivel más alto, la gran amenaza y el gran disuasivo para las mujeres en política suele ser, más que ningún otro, los ataques sistemáticos que buscan expulsarlas de los lugares de poder.

¿Quién duda que el poder es esencialmente masculino? Más allá de que la forma tradicional de ejercer el poder masculino sea el dominio y control sobre sus subordinados, su ejercicio también implica una interpretación del mundo, una determinada forma de ver la realidad, excluyente y «polarizante», que no solo influye en el comportamiento individual, sino que permea la conducta y la organización de las instituciones. El poder así concebido no es necesariamente violento, pues puede utilizar numerosos mecanismos «blandos» de atracción, persuasión o influencia cultural, política o diplomática para lograr imponerse. Pero su fin es imponerse.

No es que todas las mujeres sean «esencialmente pacíficas» pues, como señala Amelia Valcárcel (a quien cito a menudo porque ha desarrollado conceptos esenciales para el feminismo) muchas veces el mismo sistema patriarcal las lleva a usar su capacidad de violencia contra otras más débiles o para defender la violencia de sus varones «propios». Sin embargo, en términos generales en una «sociedad imparcial las mujeres nada tienen que ganar con la violencia».

Lea aquí el artículo completo publicado por El Nacional el 20 de marzo de 2025.

Imagen por el Nacional 

 

Noticias
Focus areas
el nacional

Antes, durante o después… sea que apenas se está iniciando en la organización política, sea que logró ser candidata o que ya fue electa para ocupar un nivel más alto, la gran amenaza y el gran disuasivo para las mujeres en política suele ser, más que ningún otro, los ataques sistemáticos que buscan expulsarlas de los lugares de poder.

¿Quién duda que el poder es esencialmente masculino? Más allá de que la forma tradicional de ejercer el poder masculino sea el dominio y control sobre sus subordinados, su ejercicio también implica una interpretación del mundo, una determinada forma de ver la realidad, excluyente y «polarizante», que no solo influye en el comportamiento individual, sino que permea la conducta y la organización de las instituciones. El poder así concebido no es necesariamente violento, pues puede utilizar numerosos mecanismos «blandos» de atracción, persuasión o influencia cultural, política o diplomática para lograr imponerse. Pero su fin es imponerse.

No es que todas las mujeres sean «esencialmente pacíficas» pues, como señala Amelia Valcárcel (a quien cito a menudo porque ha desarrollado conceptos esenciales para el feminismo) muchas veces el mismo sistema patriarcal las lleva a usar su capacidad de violencia contra otras más débiles o para defender la violencia de sus varones «propios». Sin embargo, en términos generales en una «sociedad imparcial las mujeres nada tienen que ganar con la violencia».

Lea aquí el artículo completo publicado por El Nacional el 20 de marzo de 2025.

Imagen por el Nacional 

 

Noticias
Focus areas