Nelson Mandela, cuya vida estuvo acaparada por la política, nunca tuvo realmente tiempo para las mujeres; pero como hombre encantador y enamoradizo, siempre buscó su compañía, como lo demuestran los numerosos romances y los tres matrimonios que tuvo.
Los dos primeros matrimonios sucumbieron a las presiones y a los sacrificios de la lucha contra el régimen racista del apartheid. Tuvo que esperar a los 80 años, cuando era libre y un presidente casi retirado, para enamorarse de una adolescente: la mozambiqueña Graça Machel, en cuyos brazos halló la paz y la serenidad. La vida política del joven Nelson Rolihlahla Mandela empezó quizá con la huida de una mujer: la que el regente de su clan, en el Transkei (sureste), le buscó para que se casara en 1941, a los 22 años.
Invitamos a nuestros usuarios a que lean la noticia completa publicada el 6 de diciembre de 2013
Nelson Mandela, cuya vida estuvo acaparada por la política, nunca tuvo realmente tiempo para las mujeres; pero como hombre encantador y enamoradizo, siempre buscó su compañía, como lo demuestran los numerosos romances y los tres matrimonios que tuvo.
Los dos primeros matrimonios sucumbieron a las presiones y a los sacrificios de la lucha contra el régimen racista del apartheid. Tuvo que esperar a los 80 años, cuando era libre y un presidente casi retirado, para enamorarse de una adolescente: la mozambiqueña Graça Machel, en cuyos brazos halló la paz y la serenidad. La vida política del joven Nelson Rolihlahla Mandela empezó quizá con la huida de una mujer: la que el regente de su clan, en el Transkei (sureste), le buscó para que se casara en 1941, a los 22 años.
Invitamos a nuestros usuarios a que lean la noticia completa publicada el 6 de diciembre de 2013