Desde el inicio de las protestas contra el Gobierno de Turquía, en mayo pasado, las mujeres han estado en primera fila del movimiento social que exige un país más democrático, más laico y, sobre todo, menos machista.
"El Estado es un hombre", resume Ilknur, una joven madre, la percepción de muchas mujeres que se ven relegadas a la función de máquinas de parir hijos en los diseños políticos del Gobierno, en manos del islamista Partido Justicia y Desarrollo (AKP).
El enfado era evidente también durante las recientes protestas de la plaza Taksim y en el parque Gezi, donde las mujeres llevaron las reivindicaciones feministas al primer plano de los debates.
Invitamos a nuestros usuarios a que lean el artículo completo publicado el 27 de julio de 2013
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Desde el inicio de las protestas contra el Gobierno de Turquía, en mayo pasado, las mujeres han estado en primera fila del movimiento social que exige un país más democrático, más laico y, sobre todo, menos machista.
"El Estado es un hombre", resume Ilknur, una joven madre, la percepción de muchas mujeres que se ven relegadas a la función de máquinas de parir hijos en los diseños políticos del Gobierno, en manos del islamista Partido Justicia y Desarrollo (AKP).
El enfado era evidente también durante las recientes protestas de la plaza Taksim y en el parque Gezi, donde las mujeres llevaron las reivindicaciones feministas al primer plano de los debates.
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