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France Denz

Entrevistas

Enviado por iKNOW Politics el
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November 4, 2013

France Denz

Excepcional educadora de adultos y miembro de la Orden de Mérito de Nueva Zelanda por sus servicios a los negocios

Frances Denz tiene una larga historia de trabajo con las personas desfavorecidas. En 2013 fue nominada miembro de la Orden del Mérito de Nueva Zelanda por la reina Isabel por sus servicios a los negocios, y en el mismo año fue galardonada con el prestigioso Premio a la Excelencia en la Educación Superior por el Ministro de la Educación Superior.

En 1972 mi mundo se vino abajo. Mi esposo me había dejado, yo tenía cáncer, no podía trabajar y el Gobierno había tomado nuestras tierras para fines militares. En la ley, las mujeres seguían siendo como los muebles, que pertenezcan a sus maridos, y no había ningún beneficio para las mujeres casadas. Estaba indigente en las calles de Wellington - nuestra Ciudad Capital. Yo estaba demasiado avergonzada para decirle a mi familia que mi marido me había dejado por otra mujer. Personas desconocidas me ayudaron y me dieron refugio y un poco de comida mientras yo estaba haciendo los tratamientos de radiación para el cáncer. Durante mi recuperación me decidí a dejar de ser una víctima. Caminé los ocho kilómetros al Parlamento, y me dirigí a la oficina del Primer Ministro (que podía en aquellos tiempos) para exigir ayuda. El Primer Ministro me disteis de comer, escuchó mi historia y llamó al Departamento de Trabajo y les exigió que me dieran un beneficio. Me convertí en la primera mujer casada en Nueva Zelanda a recibir apoyo del Estado. Pero lo más importante que me enseñó fue que ir directamente al topo era una forma muy rápida de resolver un problema.

Mientras que rehacía mi vida a crear negocios, me decidí a participar en la política. Fui a mi primera reunión de la filial local de mi partido donde encontré una habitación llena de hombres. Me preguntaron lo que quería, y cuando balbuceé que quería unirme al partido, me dirigieron a la cocina con las instrucciones para hacer el té. Salí por la puerta de atrás. Diez años más tarde volví a intentar. Las cosas habían cambiado. Helen Clark (más tarde la Primera Ministra, ahora jefe del PNUD) fue parte de un grupo de desarrollo de estrategia para las mujeres en el Partido, lo que me dio coraje. La filial, aún solo hombres, había sido instruido por el Partido de nombrar una mujer a portadora oficial. Como yo era la única mujer allí, me dieron el trabajo. El Partido requería unas proposiciones centradas en las mujeres para la Conferencia de Mujeres y otra vez, porque yo estaba allí, me pidieron que lo hiciera. Preparé cinco proposiciones, les presenté a la conferencia y en los seis meses siguientes a la elección del partido, esas proposiciones se convirtieron en ley. Subí a través de la jerarquía del partido, siendo finalmente elegida para el Consejo de Mujeres. Esto fue en un momento de gran cambio económico y social. Yo estaba trabajando con las mujeres de mi comunidad durante la recesión, y que necesitaban conseguir trabajo. Organicé paquetes de alimentos, redes de refugio y de crisis por violación de mujeres y para las mujeres mayores los di formaciones en cómo manejar sus propios negocios. Esto molestó a los hombres, y el rumor comenzó de que como yo era un "feminista”, que por lo tanto era una bruja. Yo vivía sola en el campo, y mis ventanas fueron destrozadas, y he recibido mensajes de odio. La policía no ayudó. Finalmente, en el miedo, regresé a Wellington. Pero he aprendido este año, de un ministro de la Corona, que mi trabajo con las mujeres fue observado y formó la base de importantes cambios políticos en el sistema educativo.

Empecé a trabajar en la Unidad de Investigación Parlamentaria (no remunerada) y aprendí cómo funcionaba realmente el poder. Estas lecciones han sido de gran ayuda. Más tarde comencé a enseñar a las personas en paro de larga duración en cómo iniciar un negocio y, finalmente, me especialicé en el trabajo con personas con discapacidad ayudando los a establecer pequeños negocios. En estos años 4000 de mis clientes se convirtieron en exitosos empresarios. Establecí dos fondos de préstamo, un para las mujeres que no han podido conseguir el capital que necesitan para la creación de empresas, que sigue siendo en la existencia después de 21 años, y el otro para las personas con discapacidad para el mismo propósito, que sigue en funcionamiento después de 15 años. Ambos fueron diseñados para ser manejados por las comunidades locales con el apoyo de la empresa matriz.

Me di cuenta de que mi Partido de elección creó en realidad de la dependencia, no liberaba a la gente. Con tristeza, me uní a otro Partido que reconoció los problemas, y pronto fui elegida a su Consejo de Administración. Inesperadamente, también hice una gran contribución a las políticas de defensa sólo por estar en el lugar correcto en el momento adecuado.

Ahora soy directora de una empresa. Mi empresa, Stellaris, Ltd., se especializa en la capacitación de directores de empresas. Estaba cansada de ser la ambulancia debajo del acantilado, y creo que tenemos que evitar que la gente caiga en el primer lugar teniendo excelentes empresas y organizaciones en existencia.

Durante mi tiempo de vida, las mujeres han pasado de ser propiedad de los hombres sin su libertad, para poder estar en el topo del mundo empresarial y político. Sólo tenemos que dar los primeros pasos, y luego seguimos adelante. También creo que no tenemos que ser miembros del Parlamento para hacer cambios. Estar activamente involucrada detrás de escena puede ser tan poderoso, si no es que más que estar en el frente. Depende de lo que usted y su base de conocimientos impulsa.

¡A por ello!

 

 

 

 

Día de la entrevista
Región
Excepcional educadora de adultos y miembro de la Orden de Mérito de Nueva Zelanda por sus servicios a los negocios

Frances Denz tiene una larga historia de trabajo con las personas desfavorecidas. En 2013 fue nominada miembro de la Orden del Mérito de Nueva Zelanda por la reina Isabel por sus servicios a los negocios, y en el mismo año fue galardonada con el prestigioso Premio a la Excelencia en la Educación Superior por el Ministro de la Educación Superior.

En 1972 mi mundo se vino abajo. Mi esposo me había dejado, yo tenía cáncer, no podía trabajar y el Gobierno había tomado nuestras tierras para fines militares. En la ley, las mujeres seguían siendo como los muebles, que pertenezcan a sus maridos, y no había ningún beneficio para las mujeres casadas. Estaba indigente en las calles de Wellington - nuestra Ciudad Capital. Yo estaba demasiado avergonzada para decirle a mi familia que mi marido me había dejado por otra mujer. Personas desconocidas me ayudaron y me dieron refugio y un poco de comida mientras yo estaba haciendo los tratamientos de radiación para el cáncer. Durante mi recuperación me decidí a dejar de ser una víctima. Caminé los ocho kilómetros al Parlamento, y me dirigí a la oficina del Primer Ministro (que podía en aquellos tiempos) para exigir ayuda. El Primer Ministro me disteis de comer, escuchó mi historia y llamó al Departamento de Trabajo y les exigió que me dieran un beneficio. Me convertí en la primera mujer casada en Nueva Zelanda a recibir apoyo del Estado. Pero lo más importante que me enseñó fue que ir directamente al topo era una forma muy rápida de resolver un problema.

Mientras que rehacía mi vida a crear negocios, me decidí a participar en la política. Fui a mi primera reunión de la filial local de mi partido donde encontré una habitación llena de hombres. Me preguntaron lo que quería, y cuando balbuceé que quería unirme al partido, me dirigieron a la cocina con las instrucciones para hacer el té. Salí por la puerta de atrás. Diez años más tarde volví a intentar. Las cosas habían cambiado. Helen Clark (más tarde la Primera Ministra, ahora jefe del PNUD) fue parte de un grupo de desarrollo de estrategia para las mujeres en el Partido, lo que me dio coraje. La filial, aún solo hombres, había sido instruido por el Partido de nombrar una mujer a portadora oficial. Como yo era la única mujer allí, me dieron el trabajo. El Partido requería unas proposiciones centradas en las mujeres para la Conferencia de Mujeres y otra vez, porque yo estaba allí, me pidieron que lo hiciera. Preparé cinco proposiciones, les presenté a la conferencia y en los seis meses siguientes a la elección del partido, esas proposiciones se convirtieron en ley. Subí a través de la jerarquía del partido, siendo finalmente elegida para el Consejo de Mujeres. Esto fue en un momento de gran cambio económico y social. Yo estaba trabajando con las mujeres de mi comunidad durante la recesión, y que necesitaban conseguir trabajo. Organicé paquetes de alimentos, redes de refugio y de crisis por violación de mujeres y para las mujeres mayores los di formaciones en cómo manejar sus propios negocios. Esto molestó a los hombres, y el rumor comenzó de que como yo era un "feminista”, que por lo tanto era una bruja. Yo vivía sola en el campo, y mis ventanas fueron destrozadas, y he recibido mensajes de odio. La policía no ayudó. Finalmente, en el miedo, regresé a Wellington. Pero he aprendido este año, de un ministro de la Corona, que mi trabajo con las mujeres fue observado y formó la base de importantes cambios políticos en el sistema educativo.

Empecé a trabajar en la Unidad de Investigación Parlamentaria (no remunerada) y aprendí cómo funcionaba realmente el poder. Estas lecciones han sido de gran ayuda. Más tarde comencé a enseñar a las personas en paro de larga duración en cómo iniciar un negocio y, finalmente, me especialicé en el trabajo con personas con discapacidad ayudando los a establecer pequeños negocios. En estos años 4000 de mis clientes se convirtieron en exitosos empresarios. Establecí dos fondos de préstamo, un para las mujeres que no han podido conseguir el capital que necesitan para la creación de empresas, que sigue siendo en la existencia después de 21 años, y el otro para las personas con discapacidad para el mismo propósito, que sigue en funcionamiento después de 15 años. Ambos fueron diseñados para ser manejados por las comunidades locales con el apoyo de la empresa matriz.

Me di cuenta de que mi Partido de elección creó en realidad de la dependencia, no liberaba a la gente. Con tristeza, me uní a otro Partido que reconoció los problemas, y pronto fui elegida a su Consejo de Administración. Inesperadamente, también hice una gran contribución a las políticas de defensa sólo por estar en el lugar correcto en el momento adecuado.

Ahora soy directora de una empresa. Mi empresa, Stellaris, Ltd., se especializa en la capacitación de directores de empresas. Estaba cansada de ser la ambulancia debajo del acantilado, y creo que tenemos que evitar que la gente caiga en el primer lugar teniendo excelentes empresas y organizaciones en existencia.

Durante mi tiempo de vida, las mujeres han pasado de ser propiedad de los hombres sin su libertad, para poder estar en el topo del mundo empresarial y político. Sólo tenemos que dar los primeros pasos, y luego seguimos adelante. También creo que no tenemos que ser miembros del Parlamento para hacer cambios. Estar activamente involucrada detrás de escena puede ser tan poderoso, si no es que más que estar en el frente. Depende de lo que usted y su base de conocimientos impulsa.

¡A por ello!

 

 

 

 

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Excepcional educadora de adultos y miembro de la Orden de Mérito de Nueva Zelanda por sus servicios a los negocios