Nombrar al Movimiento Estudiantil chileno como un sujeto unificado lleva a equívocos. La diversidad de identidades y expresiones organizacionales que forman parte del activo movimiento estudiantil hace necesario reconocer el dinamismo y la vitalidad política de la juventud chilena. Al mismo tiempo, 2006, 2008 y 2011 son los años clave en el que los distintos sectores convergieron en la calle.
Al principio, fueron los estudiantes secundarios quienes, conscientes del problema del endeudamiento, intentaron frenar la tramitación de la Ley de Financiamiento y Acreditación, que buscaba crear más formas de financiamiento privado al muy privatizado sistema educacional chileno.
Invitamos a nuestros usuarios a que lean la noticia completa publicada el 27 de noviembre de 2013
Nombrar al Movimiento Estudiantil chileno como un sujeto unificado lleva a equívocos. La diversidad de identidades y expresiones organizacionales que forman parte del activo movimiento estudiantil hace necesario reconocer el dinamismo y la vitalidad política de la juventud chilena. Al mismo tiempo, 2006, 2008 y 2011 son los años clave en el que los distintos sectores convergieron en la calle.
Al principio, fueron los estudiantes secundarios quienes, conscientes del problema del endeudamiento, intentaron frenar la tramitación de la Ley de Financiamiento y Acreditación, que buscaba crear más formas de financiamiento privado al muy privatizado sistema educacional chileno.
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