Liderazgo de las mujeres
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La hasta ahora vicepresidenta, abogada con ideas de izquierda pero sin militancia en partidos, asume el cargo tras la destitución de Pedro Castillo por el Congreso del país.
La abogada Dina Boluarte juró este miércoles ante el pleno del Congreso como la primera presidenta de la historia de Perú, luego de la destitución por el Parlamento de Pedro Castillo. Boluarte, quien era vicepresidenta de Castillo, dijo que asume "de acuerdo con la Constitución Política del Perú, desde este momento y hasta el 28 de julio de 2026", cuando debe cumplir el actual período de gobierno. Boluarte es una letrada de 60 años con ideas de izquierda pero sin militancia en partidos, cuyo nombre hasta hace pocos meses era desconocido por la mayoría de los peruanos.
En su toma de posesión, Boluarte llamó a "un amplio proceso de diálogo entre todas las fuerzas políticas" nacionales y solicitó una tregua política para poder combatir a la corrupción. A la ceremonia, celebrada en el hemiciclo legislativo, acudieron congresistas y otras altas autoridades de los poderes del Estado y de las Fuerzas Armadas.
Haga clic aquí para leer el artículo completo por Público, el 8 de diciembre de 2022.
La hasta ahora vicepresidenta de Perú, Dina Boluarte, asumió este miércoles la presidencia del país sudamericano, luego de que el Congreso aprobara la destitución de Pedro Castillo por querer establecer un "gobierno de excepción."
Boluarte se convierte en la primera mujer en la Presidencia de la República de Perú y su mandato debería prolongarse hasta 2026, cuando termina el actual periodo presidencial, a menos de que haga un llamado a adelantar las elecciones.
Después de que Pedro Castillo anunciara este miércoles su decisión de disolver el Congreso, Boluarte marcó distancias con el mandatarioy calificó lo ocurrido de "acto inconstitucional".
Haga clic aquí para leer el artículo completo por BBC, el 7 de diciembre de 2022.
Los liderazgos en las redacciones y las informaciones siguen siendo terreno de hombres, lo que provoca una pérdida de audiencia femenina. Un nuevo estudio constata la desigualdad de género y falta de diversidad racial en el sector, y propone una guía de 12 pasos para cerrar la brecha.
Esta información la firma una mujer, bajo la supervisión de una editora e incluye la opinión de varias expertas sobre un estudio que trata sobre la desigualdad de género. Este texto es una excepción. Los medios son un mundo de hombres: ellos son mayoría en los puestos de poder, los titulares, los contenidos, las fuentes y la audiencia. Dar la vuelta a esta situación no solo “es lo justo”, sino que “tiene sentido económicamente”, anota Jane Barrett, editora global para la estrategia de noticias de Reuters, en el Reino Unido. Lo dice en la presentación del estudio De la indignación a la oportunidad, que calcula que, en el más conservador de sus cálculos, en el mundo los medios podrían ingresar 10.600 millones de euros adicionales en cinco años si lograran reducir anualmente un punto porcentual la brecha de consumo de noticias entre hombres y mujeres. A ese ritmo, la ganancia ascendería a 36.700 millones en una década. En el más optimista de los escenarios, en el “poco realista” caso de que hoy la industria fuera plenamente igualitaria en todos sus eslabones, los beneficios extra ascenderían a 41.500 millones en un lustro y 80.000 millones en 10 años.
Haga clic aquí para leer el artículo completo por El País, el 30 de noviembre de 2022.
“Inútil, caprichosa, infantil, soberbia, vuelve a tu pancarta, llorona, gritona, histérica, bruja, pederasta… si se lo pueden decir a una Ministra, ¿por qué no se lo voy a poder decir a la “loca feminista” con la que trabajo?”. Son las palabras que la ministra de igualdad de España, Irene Moreno, dijo tras recibir una serie de discursos de odio en su contra por parte de colegas opositores. En menos de 48 hrs le dijeron que estaba donde estaba porque había sido fecundada por un macho alfa - en referencia a su marido, el también político Pablo Iglesias- y que su único mérito “académico” era haberlo estudiado a él en profundidad. Dichos que Irene, en su réplica, categorizó no como “expresiones desafortunadas”, sino derechamente como violencia política hacia la mujer. “El problema de la violencia política es que no solo busca destruir personalmente o disciplinar a las que estamos al frente, busca diciplinarnos a todas, frenar los avances del conjunto de movimiento”.
Haga clic aquí para leer el artículo completo por La Tercera, el 1 de diciembre de 2022.
Los últimos choques verbales en el Congreso han tenido a las políticas como protagonistas: ellas no son las únicas que polarizan el debate, pero están bajo un mayor escrutinio.
¿Qué hay detrás del fenómeno? Los más recientes y sonados enfrentamientos en el Congreso, o los que han tenido mayor eco, han sido protagonizados por diputadas: la ministra de Igualdad, Irene Montero, lanzando al PP la acusación de que "promueve la cultura de la violación" y la diputada de Vox Carla Toscano con su ataque machista previo a la titular de Igualdad, de quien dijo que su "único mérito" "es haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias".
¿Hay algo singular en estos exabruptos de las diputadas? Se puede establecer un paralelismo con algo sucedido esta semana. La primera ministra finlandesa, Sanna Marin, afeó a un periodista que preguntó si la reunión con su homóloga neozelandesa, Jacinda Ardern, se debía a "sus edades parecidas" y a sus "cosas en común". Marin contestó que el motivo de su encuentro no era cuestión de género, sino su condición de primeras ministras. De ese cariz es la respuesta de Ángeles Álvarez, exdiputada del PSOE: los choques son entre mujeres porque son ellas las que ocupan los cargos más prominentes del ámbito en discusión, las políticas de Igualdad.
Haga clic aquí para leer el artículo completo por Heraldo, el 2 de diciembre de 2022.
LA LEY MODELO INTERAMERICANA PARA PREVENIR, SANCIONAR Y ERRADICAR LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES EN LA VIDA POLÍTICA (CIM/OEA) establece tres elementos que configuran la violencia en el espacio público: que se dé en razón de ser mujer (basada en su género); que cause daño o sufrimiento a una o más mujeres; y que tenga por objeto menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de sus derechos políticos (art. 3).
Desde 2012, 11 países regularon por diferentes vías este tipo de violencia[1]. Bolivia, Brasil, Perú, Panamá y Costa Rica, cuentan con una legislación específica. Argentina, El Salvador, Panamá, Paraguay y Uruguay introdujeron tipificaciones en sus leyes integrales para una vida libre de violencia. México hizo una reforma transversal para modificar y armonizar legislación relacionada con los derechos político electorales para incluir la violencia política de género; y Ecuador la tipificó en su Código de la Democracia como infracción electoral. Bolivia, Panamá y Ecuador, tuvieron primero modificaciones en sus leyes integrales, luego transitaron hacia regulaciones específicas. Solo en Bolivia, Brasil y México las sanciones están previstas también en el Código Penal[2].
Haga clic aquí para leer el artículo completo por Atenea Es Paridad, el 29 de noviembre de 2022.