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Liderazgo de las mujeres

Ketanji Brown Jackson hizo historia este jueves.

Con 53 votos a favor, la jurista de 51 años se convirtió en la primera mujer afroestadounidense en ser nombrada jueza de la Corte Suprema de Estados Unidos.

Los demócratas y tres republicanos del Senado votaron a favor de su nombramiento luego de que el pasado febrero el presidente de EE.UU., Joe Biden, la nominara para reemplazar al juez Stephen Breyer, quien anunció su retiro.

"En esta votación, los 'sí' son 53, los 'no' 47. Y esta nominación es confirmada", dijo la vicepresidenta de EE.UU., Kamala Harris, quien asumió su función de presidenta del Senado en la sesión.

Haga clic aquí para leer el artículo completo por BBC, el 7 de abril de 2022.

El PREMIO INTERAMERICANO A LAS BUENAS PRÁCTICAS para el LIDERAZGO DE LAS MUJERES es una iniciativa interinstitucional de organizaciones miembros del Task Force Interamericano sobre Liderazgo de las Mujeres, entre ellas, la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM), la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), ParlAmericas, IDEA Internacional, junto a dos organizaciones de la sociedad civil: Caribbean Women in Leadership (CIWiL) y el Comité de América Latina y El Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM).  Este llamado cuenta con el apoyo del Gobierno de Canadá, la Secretaría de Cumbres de las Américas y la colaboración del Departamento para la Gestión Pública Efectiva (DGPE) de la OEA.

Esta convocatoria busca reconocer, destacar y amplificar las políticas públicas como así también a las iniciativas del sector privado y la sociedad civil que promuevan el aumento del número de mujeres en posiciones de liderazgo y/o fortalezcan su empoderamiento y capacidad de incidencia en la toma de decisiones para cerrar brechas y desigualdad desde una perspectiva de derechos, valorando la capacidad de innovar, generar impactos significativos, aunar sinergias, alianzas estratégicas y, sobre todo, considerar el liderazgo desde un enfoque integral de derechos con una mirada interseccional para que ninguna mujer quede atrás.

Haga clic aquí para consultar las bases.

El presente documento aporta un conjunto de conceptos básicos, marcos analíticos, datos clave y recomendaciones prácticas para avanzar hacia el objetivo fundamental: incrementar la participación y representación de las mujeres en espacios de decisión a fin de mejorar la calidad de la democracia y contribuir a la construcción de una sociedad más inclusiva y sostenible. Su contenido está dirigido a personas que se desenvuelven en la esfera política, académica y del activismo social, así como a cualquier persona interesada en la temática de igualdad de género y participación de las mujeres en política. Con un lenguaje que pretende ser claro y a la vez riguroso, aspira a enriquecer el debate social y político con argumentos y evidencias que permiten afirmar que toda la sociedad se beneficia con más mujeres en la política.

Haga clic aquí para acceder a la guía.

Los procesos de paz que cuentan con presencia femenina son más posibles y más duraderos. Sin embargo, en los últimos años ellas solo han mediado en el 2% de los conflictos internacionales.

El poder ejecutivo global y la diplomacia de alto nivel se escriben con acento masculino. Y la guerra en Ucrania vuelve a recordarlo. Joe Biden, Volodimir Zelenski, Vladimir Putin, Emmanuel Macron, Recep Tayyip Erdogan, Olaf Scholz, Josep Borrell, Xi Jinping o Jens Stoltenberg. La guerra en Europa deja constancia de la invisibilización de las mujeres en la diplomacia internacional. El conflicto en Ucrania tiene nombre masculino y su camino hacia la paz también.

Solo el 4% de los acuerdos de paz entre 1992 y 2011 tuvieron firma de mujer. Ellas representaron el 9% de los negociadores en estos procesos. Entre 1990 y 2017 solo mediaron en el 2% de los casos de paz. Sin embargo, numerosos estudios revelan que la participación de las mujeres en la alta diplomacia es fundamental para poner fin a conflictos que emergen en todos los conos del planeta, como ponen de relieve los ejemplos en Libera, Irlanda del Norte, los Balcanes o Filipinas.

Haga clic aquí para leer el artículo completo por Público, el 20 de marzo de 2022.

El mundo anhela que se ponga fin al tremendo sufrimiento humano en Ucrania que está causando el desplazamiento de millones de personas por el conflicto. La situación pone en peligro la seguridad de todos los ucranianos y ucranianas y, al igual que en otros conflictos en otras partes del mundo, hace que particularmente las mujeres y las niñas corran un mayor riesgo de sufrir violencia sexual y de género, sobre todo las refugiadas o desplazadas de sus hogares. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) se ha sumado a la respuesta de todo el sistema de las Naciones Unidas en apoyo de las personas afectadas por el conflicto, tanto dentro de Ucrania como en los países vecinos que reciben refugiados. En Ucrania, al igual que en muchos otros contextos de crisis y conflicto, desde el Afganistán y el Sahel hasta Myanmar y el Yemen, el aumento de la participación plena, equitativa y significativa de las mujeres en las iniciativas de establecimiento de la paz, prevención de conflictos y consolidación de la paz es crucial para encontrar soluciones duraderas.

Este enfoque también es válido para dar respuesta al cambio climático y la degradación del medio ambiente, así como para fomentar la reducción del riesgo de desastres, que es el tema del período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de este año. Las mujeres desempeñan un papel crucial en los sectores del clima y el medio ambiente y a menudo están a la vanguardia de las estrategias de gestión de los recursos naturales. Por ello, resultan fundamentales para buscar y aplicar soluciones eficaces y sostenibles. Sin embargo, la degradación del medio ambiente y el aumento de la competencia por los escasos recursos están exacerbando el riesgo de la violencia de género, mientras que las defensoras de los derechos humanos relacionados con el medio ambiente, incluidas las mujeres indígenas, se enfrentan a menudo a las amenazas y la violencia. El Global Report on Gender Equality in Public Administration (informe mundial sobre la igualdad de género en la administración pública), redactado por el PNUD y la Universidad de Pittsburgh, muestra que, aunque las mujeres se ven afectadas de forma desproporcionada por las crisis del clima y del medio ambiente, siguen limitadas por un techo de cristal que les impide avanzar hasta los niveles más altos de liderazgo en la protección del medio ambiente y la acción climática. Así pues, la participación de las mujeres en los ministerios de protección del medio ambiente es en promedio del 33 % en todo el mundo y la paridad en la toma de decisiones sobre estas cuestiones críticas es notablemente inusual.

Sin embargo, el cambio es posible. La iniciativa Climate Promise del PNUD está ayudando actualmente a 120 países a mejorar sus compromisos climáticos, conocidos como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC por sus siglas en inglés). Estas NDC son medios importantes para avanzar no solo en relación con el desarrollo sostenible, sino también con la igualdad de género. En todo el mundo, más de 110.000 personas han participado en consultas con las partes interesadas en las NDC y, en muchos casos, las mujeres encabezan el proceso. El 96 % de las NDC de segunda generación apoyadas por la Climate Promise de las NDC de primera generación. Otro ejemplo es Feminist Action for Climate Justice Action Coalition (la coalición de acción feminista en favor de la justicia climática), codirigida por el PNUD y un consorcio de socios, cuyo objetivo es acelerar los avances en materia de justicia climática e igualdad de género en los próximos cinco años. Tenemos que basarnos en estos esfuerzos para impulsar agendas ambientales y climáticas más ambiciosas que tengan en cuenta las cuestiones de género. En particular, deben contemplar las necesidades y perspectivas únicas de las mujeres y promover activamente su participación y liderazgo. También deben hacer que la financiación para el clima y el medio ambiente se ponga al servicio de las mujeres. Impulsar este cambio puede tener un efecto dominó. Las investigaciones (en inglés) muestran, por ejemplo, que los países con una alta representación de mujeres en los parlamentos tienen más probabilidades de ratificar los tratados internacionales sobre medio ambiente que el mundo necesita ahora.

Guiado por los Objetivos Mundiales, nuestro nuevo Plan Estratégico 2022-2025 y nuestra futura Estrategia de Igualdad de Género 2022-2025, el PNUD continuará esforzándose constantemente por hacer realidad la #GeneraciónIgualdad. El propio PNUD está cambiando y ahora ha alcanzado el mismo porcentaje de mujeres que de hombres en su plantilla. Sabemos que un futuro sostenible, verde y equitativo para todas las personas no es posible sin igualdad de género. Basándose en los datos y los análisis proporcionados por recursos como el COVID-19 Gender Response Tracker (rastreador global de respuestas de género de la COVID-19), ahora los países deben situar a las mujeres y a las niñas -y sus necesidades- en el centro de la creciente recuperación verde. Esto incluye nuevas políticas que aborden la seguridad económica y social de las mujeres, incluido el trabajo de cuidados no remunerado, el mercado de trabajo, la violencia contra las mujeres y las repercusiones del cambio climático y la degradación del medio ambiente en las mujeres y las niñas. De algo estamos seguros: crear un mundo más igualitario hoy creará las condiciones para un mañana más sostenible.

Fuente: PNUD

En una región que ha visto el mayor progreso en igualdad política de género en las últimas dos décadas, Paraguay se destaca, pero por las razones equivocadas: tiene el tercer porcentaje más bajo de mujeres en el parlamento en las Américas, con 17,5%, aproximadamente la mitad del promedio regional de 33,9%. Al considerar otros puestos electivos, la brecha se amplía.

Si bien la brecha política de género es un problema complejo y multidimensional, es evidente que las mujeres paraguayas están subrepresentadas políticamente, a pesar de su gran interés y su amplia participación en los procesos electorales. Por ejemplo, en las elecciones municipales de 2021, las mujeres participaron con su voto en igual proporción que los hombres, e incluso fueron mayoría en la conformación de las mesas electorales.

Haga clic aquí para leer el artículo completo por International IDEA el 8 de marzo de 2022.