Pasar al contenido principal

Liderazgo de las mujeres

La violencia contra las mujeres es estructural y hay una dura resistencia para reconocer que existe y de la necesidad de un cambio que permita que las mujeres tengan los mismos derechos políticos que los hombres y que no sean amedrentadas por ejercerlos.

En el mundo político es de suponer que estos esquemas machistas se expresen de maneras incluso más violentas y crueles. Los reportes del Observatorio de Paridad Democrática del Órgano Electoral Plurinacional y de la Asociación de Concejalas de Bolivia (Acobol) proporcionan evidencia al respecto. Por esto, en 2012 se aprobó la Ley 243 contra el acoso y violencia política hacia las mujeres que reconoce el problema del ejercicio violento de la política especialmente en contra de las mujeres. El objetivo de los agresores es evitar que las mujeres tengan poder en el espacio público y que no ejerzan sus derechos políticos.

Esta ley se elaboró y aprobó como reacción al asesinato de Juana Quispe, concejal electa del municipio de Ancoraimes. Es tremendo que se tenga que elaborar leyes porque la gravedad del problema tiene un pico con un asesinato.

Haga clic aquí para leer el artículo completo por La Razón el 15 de febrero de 2021.

Las mujeres del Partido Demócrata (PD) italiano están indignadas con sus dirigentes, después de que no se haya incluido al menos a una ministra de esta formación de centroizquierda en el nuevo Ejecutivo y hoy se reunirán para analizar la situación.

El recién formado Gobierno de Mario Draghi no ha tenido en cuenta la petición de un Ejecutivo paritario formulada por algunas fuerzas políticas y cuenta con 8 mujeres en 23 ministerios.

Pero lo que más ha dolido a las políticas del PD ha sido que entre las figuras indicadas por el PD a Draghi para ocupar posibles ministerios ninguna era la de una mujer.

La conservadora Forza Italia cuenta con dos ministras, Mara Cargagna (Sur y cohesión territorial) y Maria Stella Gelimini (Autonomías y Asuntos generales), mientras que la única representante en el Gobierno de Italia Viva es mujer, Elena Bonetti (Igualdad), y también la ultraderechista Liga tiene a Erika Stefani (Dicapacidad).

Haga clic aquí para leer el artículo completo por Swiss Info el 15 de febrero de 2021.

Aunque se reconoce el derecho fundamental de las mujeres y los hombres de participar en la vida política, en la práctica la brecha en materia de equidad 'de jure' y 'de facto' en la esfera del ejercicio del poder y la adopción de decisiones es muy grande.

El fenómeno social más trascendente del siglo XX fue, sin duda, la revolución social protagonizada por las mujeres, que de forma pacífica y constante han cambiado radicalmente las relaciones sociales, culturales, laborales, familiares e interpersonales.

A pesar de que tanto en el ámbito internacional como en el nacional se han aprobado nuevas leyes y adoptado nuevas políticas públicas con el compromiso de la mayor parte de los gobiernos de mejorar la situación de las mujeres, la mayoría de estos avances son principalmente simbólicos. Es cierto que la participación femenina ha aumentado y existe mejor disposición de las autoridades respecto a la igualdad de oportunidades, pero no es menos cierto que las nuevas instituciones, los programas y proyectos, con frecuencia no cuentan con los recursos y la voluntad política que se requiere para hacer efectiva esa igualdad entre los géneros.

En los 25 años transcurridos desde la celebración en Beijing de la cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en 1995, a escala nacional e internacional la representación de la mujer en los niveles más altos de decisión no ha tenido cambios significativos. Las mujeres siguen en minoría en los parlamentos y el promedio alcanzado a nivel mundial es de apenas 25%, pese al hecho de que las mujeres constituyen la mayoría del electorado en casi todos los países.

Haga clic aquí para leer el artículo completo por La Estrella de Panamá el 14 de febrero de 2021.

Una vez más, al calificar de “feminista” la política exterior, se da forma y se hace visible la imbricación del pensamiento feminista en la acción y política exterior de España. La fuerza que acarrean las palabras al nombrar las cosas ha sido una herramienta clave para avanzar los derechos de las mujeres hacia una ciudadanía plena y efectiva. Solo por ello, hay que felicitar al gobierno y a la ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación por su voluntad de impulsar una política exterior feminista.

La pregunta no debería ser qué significa una política exterior feminista, sino ¿cómo justificar hoy que una democracia avanzada se dote de una estrategia de acción exterior que no sea feminista? Obviamente, ya no se puede justificar. Que la estrategia de acción exterior y la política exterior sean feministas es bueno para España, es muy positivo para los países socios y para el multilateralismo efectivo y ambicioso que propone España en la UE, en América Latina y en el mundo.

Efectivamente, la política exterior o es feminista o no es una política exterior a la altura de las circunstancias. Daré dos razones.

Haga clic aquí para leer el artículo completo por Política Exterior el 8 de febrero de 2021.

Diversos estudios demuestran que la presencia de mujeres en puestos de jerarquía y de toma de decisiones, hace que las niñas y las mujeres jóvenes mejoren su rendimiento académico, eleven sus aspiraciones y luchen por alcanzarlas. Por otra parte, la participación femenina en el quehacer político, produce diferencias en las prioridades de gasto de los gobiernos. En un mundo diseñado y operado sobre parámetros masculinos, contar con directoras de instituciones proveedoras de servicios, diputadas, ministras y jefas de gobierno, ha demostrado que propicia un entorno más equitativo e inclusivo para todas las personas en infinidad de áreas, como salud, transporte público, educación, diseño urbano, seguridad, y acceso a oportunidades, entre otros.

En el contexto de la emergencia sanitaria por Covid-19, las gobernantes femeninas se destacaron por su buena gestión; algunas estudiosas del tema concluyen que estas fueron más exitosas en desplegar y reforzar la capacidad del Estado, más allá de la contención de contagios, para proteger y aliviar a sus poblaciones de las consecuencias colaterales de la pandemia como desempleo, inseguridad alimentaria, falta de agua potable, necesidades de cuido y otras.

En términos de preparación, en algunos países se están graduando de las universidades igual cantidad de mujeres que de hombres, y en algunos incluso más. A pesar de ello y de la evidencia de los beneficios de contar con participación política femenina, la presencia de mujeres en cargos de elección popular o de decisión política, siguen siendo escasos. Según datos de ONU Mujeres 119 países nunca han sido gobernados por mujeres. Actualmente, solo 10 están presididos por una Jefa de Estado, y 13 tienen Jefas de Gobierno. Sólo el 21 por ciento de quienes ocuparon ministerios fueron mujeres, y apenas en 14 países los gabinetes de Gobierno han alcanzado el 50 por ciento o más en la representación de las mujeres.   Únicamente el 25% de los escaños parlamentarios nacionales están ocupados por mujeres. Solo en 5 países de Latinoamérica y el Caribe, han alcanzado el 40% o más de los escaños.

Haga clic aquí para leer el artículo completo por El Tiempo Latino el 10 de febrero de 2021.

De acuerdo con sus autoras, el propósito del proyecto de ley que será sometido a discusión en la Comisión Primera de la Cámara, es fortalecer la democracia colombiana, a través del establecimiento de garantías en favor de las mujeres que incursionan a la vida política en Colombia.

En ese sentido, otro de los objetivos es asegurar que las mujeres puedan ejercer plenamente sus derechos políticos electorales y participen en forma paritaria y en condiciones de igualdad en todos los espacios y funciones de la vida política y pública, particularmente en los niveles decisorios de las diferentes ramas y órganos de poder público.

También busca la norma, proteger a todas las mujeres que ostenten la calidad de servidoras públicas en los máximos niveles decisorios, precandidatas, candidatas, electas, militantes de partidos y movimientos políticos, lideresas sociales y comunales, en ejercicio de sus derechos de participación y representación política y ciudadana.

Haga clic aquí para leer el artículo completo por La Libertad el 5 de febrero de 2021.